La firma electrónica y la tecnología de autenticación
El nacimiento de la denominada firma electrónica es sin duda alguna uno de los principales avances en la cuestión de la autentificación en Internet, pues hace posible asegurar la identidad real del firmante, y la autenticidad del mensaje que por vía electrónica hemos transferido. Entre diferentes posibilidades, pone a nuestro alcance realizar gestiones no presenciales en un entorno de seguridad frente a las administraciones públicas o las entidades bancarias, acciones que por su naturaleza no resultan posibles por medio de un simple correo electrónico o mediante acceso standard con nuestro navegador, debido a que exigen una completa garantía acerca de la identidad de las diferentes partes.
Desde una perspectiva técnica, la firma digital consiste en un método de base criptográfica que vincula la identidad de una persona o de un equipo informático al mensaje o documento. Dependiendo del tipo de firma electrónica, puede, además, fijar la completa integridad del contenido.
Para España, la normativa legal especifica hasta tres categorías de firma electrónica: firma "simple", que permite identificar al sujeto firmante; la firma "avanzada", que además permite asegurar la integridad del mensaje; y la "reconocida", también llamada "cualificada", es decir, una firma avanzada apoyada con un certificado reconocido.
Si se quiere disfrutar de las muchas posibilidades relacionadas con la firma electrónica (a veces denominada firma digital) necesitaremos un certificado digital. Los certificados más habituales son aquellos expedidos por la FNMT, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, así como el conocido como DNI electrónico, documento que incluye un certificado electrónico y que constituye un instrumento apto para ser utilizado para firmar de forma electrónica cualquier documento, y para validar electrónicamente la identidad de su firmante.
Si nos decantamos por la utilización del DNI electrónico, necesitamos un dispositivo comúnmente llamado "lector de tarjetas electrónicas". Por medio de nuestro DNI y un lector de tarjetas, y conociendo la propia contraseña, podemos autenticarnos de forma segura, y realizar diferentes gestiones online.
Una de las aplicaciones más habituales de la firma digital es la generación de facturas en formato electrónico. Estas facturas, al estar firmadas digitalmente de manera segura, no necesitan del típico soporte en papel y el ulterior envío mediante correo ordinario. El archivo electrónico es, en conecuencia, además de seguro, íntegramente legal.
Aunque España cuenta ya con el soporte técnico y normativa para el íntegro desarrollo de la firma electrónica, no se ha logrado aún una difusión significativa de su uso, de forma que ciudadanos y empresas accedan y saquen provecho de todas sus recursos.
Más información:
Firma electrónica (Wikipedia)
Posibilidades de la firma electrónica
Registro automático