Teoría de los muros
Desde tiempos remotos han existido muros tangibles e intangibles, reales e imaginarios, propios y ajenos, destruidos y en construcción. Se han hecho y se hacen por varias razones: para defenderse del enemigo invasor, para justificar los propios errores, para obstaculizar el ingreso o salida de ciertas personas a un país, para poner trabas al ingreso de ciertas mercancías de un territorio, para manejar y manipular la información, para evitar comunicación indeseable, etc.
De todos los anteriores me llaman particularmente la atención los muros que se hacen para contener personas en un territorio y los muros que se construyen para no dejar entrar personas a otro territorio. Con el mejoramiento de los medios de transporte, se ha incrementado el desplazamiento de individuos o grupos humanos por el mundo, y por lo general salen de lugares donde no quieren estar, para ir a lugares donde creen encontrar mejores condiciones de vida, los que pueden escoger, hay muchos que deben migrar forzosamente por guerras o situaciones extremas de peligro, buscando un lugar donde refugiarse.
Debido a estas circunstancias, hay lugares más apetecidos como sitios de destino, y otros más rechazados como lugar de residencia. Por eso los primeros tienden a llenarse y los segundos a vaciarse, y sus gobiernos ven, en la construcción de un muro, la solución a estos problemas, muchas veces después de haber intentado poner controles de otro tipo en sus fronteras.
Es importante analizar por qué existe esta tendencia de aceptación de algunos países y rechazo de otros por parte de los seres humanos en general, ¿porqué unos sistemas tienen que retener bajo amenazas a las personas y otros deben impedir la entrada de más individuos?, ¿por qué algunos arriesgan su vida por salir de un territorio?, ¿por qué otros arriesgan su vida para entrar al “paraíso”?
Alguien me dijo una vez que eso pasa porque el ser humano nunca está conforme con lo que tiene, creo que esa no es la respuesta, porque si así fuera, los inmigrantes rápidamente se convertirían en emigrantes, pero al contrario, buscan legalizar su situación y cumplir las normas del nuevo país. Quizás la respuesta tenga que ver más con el respeto a la voluntad, creatividad, emprendimiento y libertad del hombre que son los verdaderos motores del progreso.

Silvia Atrio





































Registro automático