¿Qué hacer con las rabietas?
Entre las conductas que más preocupan a los padres se encuentran las temidas rabietas: cuando el niño se tira al suelo y se pone a llorar, ya sea en casa, en la calle o en el supermercado. Para estos casos la técnica más eficaz es la extinción, es decir, no prestar atención a la conducta. Hay que recordar que esta técnica debe ir acompañada por el refuerzo de las conductas positivas: se atiende al niño cuando deje de llorar, independientemente de lo que haya hecho durante la rabieta.
Las rabietas son una conducta típica de los niños de dos o tres años. Es entonces cuando hay que ponerles solución. Si un niño le pide a su madre en el supermercado que le compre una piruleta y su madre le dice que no, es probable que se ponga a llorar. Si con esta conducta se sale con la suya, aprenderá que cuando se madre dice que no, lo que hay que hacer es insistir e intensificar la conducta.
En cambio, si el niño entienda que no obtiene atención mediante rabietas, el comportamiento cesará, ya que dejará de considerarlo útil. Pero esto requiere mucha constancia por parte de los padres.
Éstos son los pasos a seguir cuando el niño tenga rabieta, desde que empiece a llorar, gritar, arrojar objetos, insultar:
1. ignorar la conducta y continuar con lo que se estaba haciendo o iniciar una nueva tarea.
2. expresarle en primera persona el efecto que provoca su actitud: “Me estoy enfadando mucho”.
3. utilizar palabras clave o frases cortas, como: “basta” o “se acabó”
4. decirle tranquilamente al niño que no va a conseguir lo que quiere: “lo siento, no voy a comprarte chucherías”
5. añadir con firmeza cuál es el comportamiento que se espera de él: “Cuando te tranquilices y dejes de llorar, te atiendo”
6. Retirarse de la situación y darle al niño un tiempo para que reflexione (un minuto por cada año del niño)
7. pasado un tiempo de reflexión:
• si no se le ha pasado, repetir los pasos cuarto y quinto aumentando el tiempo de reflexión
• si se le ha pasado, reforzar la conducta: “Cómo me gusta que estés así, tranquilo, y que podemos seguir comprando”
Ante una rabieta es importante no perder los nervios ni gritar. Los adultos son los encargados de calmar una situación tensa mostrándole al niño la actitud válida a la hora de afrontar conflictos. Por eso se importante mantener un tono de voz tranquilo y bajo, pero firme.
COMO MANTENERSE FIRME EN SITUACIONES DE CONFLICTO:
Una de las mayores dificultades de los padres a la hora de afrontar la situaciones que resultan conflictivas es controlarse para que no les haga flaquear el sentimiento de pena, el miedo al escándalo o las ganas de que cese el comportamiento cuanto antes. Pero existen técnicas muy útiles en estas situaciones:
• buscar una palabra clave para detenerse y respirar en cuanto notemos que nos estamos alterando. Ejemplo: retírate, hay que evitar mantenerse en el mismo lugar del niño mientras dure la rabieta.
• Hacer tres o cuatro respiraciones profundas para relajarnos: cogemos aire por la nariz y dejamos que llegue hasta el estómago inflándolo, lo mantenemos ahí durante unos segundos y después lo soltamos muy despacio por la boca
• A la vez que respiramos podemos pensar en ideas que nos ayuden a superar el momento de conflicto: “soy capaz de mantenerme firme, he decidido que se´ra así y voy a mantener mi decisión”
• Tras las respiraciones y el discurso de motivación hay que buscar tareas que nos distraigan del comportamiento del niño hasta que baje en intensidad, como hablar en público, por teléfono, sin mencionar el problema, con alguien que conozca lo que estamos poniendo en práctica, para que no se asuste con los comportamientos del pequeño
• También se puede buscar tareas pendientes en la casa, describir los objetos presentes en la habitación, hacer un crucigrama..,etc.
• Respirar pensando en términos de: “soy capaz…”
Saludos,
Héctor Peraza Díaz
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