Evaluación de proyectos didácticos - Nivel de Evaluación
Si el diseño del currículum no es algo arbitrario y circunstancial, sino que supone una apoyatura científica - teorías de la educación, en general, y del curriculum en particular- tampoco lo es su evaluación. Ésta demanda, además del fundamento científico, un análisis objetivo y sistemático, a partir de criterios previamente establecidos, del objeto de evaluación. Los términos evaluación y currículum se han utilizado de forma equívoca; de ahí que parezca pertinente una delimitación conceptual. Evaluar significa establecer un «juicio de valor» (Popham, 1980). En este sentido, resulta evidente que dos elementos son indispensables: una información lo más objetiva, válida y fiable posible, cuantitativa y/o cualitativa, y unos criterios racionales, acordes con la concepción que se tenga del curriculum y de evaluación, que hagan posible la interpretación de la información. Prescindir de cualquiera de ellos significa reducir la evaluación a una serie de opiniones que, como tales, son insuficientes cuando se trata de evaluar un diseño curricular. El carácter complejo del currículum se resiste a ser encerrado en una definición. Pero, por la misma razón, debemos intentar y proponer un marco de referencia preciso que evite múltiples interpretaciones. En este trabajo entendemos por currículum un plan en el que se sistematiza la acción educativa para unos alumnos, en una formación social determinada. Currículum es, pues, sinónimo de proyecto didáctico, de plan, de programa, de instrumento para orientar la acción, de programa de intervención en la realidad (programa de investigación). A partir de esa concepción debemos tener claro que esta guía se refiere a la evaluación de un currículum estático; no a aquella evaluación dinámica que se realiza en la fase de desarrollo del currículum, a través del proceso de enseñanza-aprendizaje. Creemos oportuno insistir en la precisión del término currículum, porque la definición puede aplicarse tanto a los planes de estudio a nivel nacional o regional como a los planes de instrucción que diseñan los profesores. Desde una concepción sistémica, concebimos el currículum en distintos niveles; uno de ellos es el plan de estudios; otro, el plan de instrucción. Expresado en otros términos: el plan de instrucción es un subsistema del sistema curricular; y, a su vez, en aquél es posible distinguir distintos niveles o subsistemas (planes curriculares a largo, medio y corto plazo, por ejemplo). Todo lo apuntado sobre evaluación y currículum nos sirve ahora para afirmar que si hay distintos niveles de currículum, hay también distintos niveles de evaluación curricular, que condicionan los procedimientos y técnicas evaluativas. En este sentido, pensamos que una deficiencia bastante generalizada de diversos trabajos sobre evaluación curricular es que no suelen especificar en términos claros y precisos a qué nivel de evaluación se refieren, lo que ha originado controversias más aparentes que reales. Al respecto, es significativo el texto de Alkin (1980, p. 34): «...siempre que se evalúen diferentes niveles de currículum se requieren diferentes procedimientos evaluativos y, en consecuencia, al especificar la naturaleza del problema de evaluación, el evaluador deberá explicitar el nivel en el cual él ha de operar...».
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