Las alarmas anti okupas, un servicio cada vez más demandado
La ocupación de viviendas es un problema que esta cada vez más presente en nuestro país. De hecho, según los datos ofrecidos en el primer semestre de 2020, la “okupacion” creció un 5% con respecto a los datos del año 2019, siendo el dato total de denuncias, en tan solo 6 meses, cercano a las 7.500.
Si al panorama que ya existía añadimos el factor del COVID-19, la cosa se pone aún peor, ya que debido al confinamiento que hemos pasado y las restricciones de movilidad que hay actualmente, muchas segundas residencias se han encontrado vacías durante un largo tiempo, siendo caldos de cultivo perfectos para que los okupas las tomen como su vivienda.
Con este panorama entre manos, la única solución viable es buscar medidas para evitar la ocupación, ya que mediante procesos legales la situación se puede alargar mucho y puede acabar siendo una pesadilla. Las alarmas anti okupas son la solución perfecta para este panorama, siendo más que recomendable tenerlas en nuestra vivienda principal y nuestras segundas viviendas para estar seguros.
Estas alarmas cuentan con cámaras de vigilancia o detectores de movimiento de última generación, avisando a la policía en el mismo instante en el que ocurra algo sospechoso, teniendo pruebas del delito demostrables. Como es lógico, este tipo de alarmas no abarca solo la vivienda como tal, sino todo el perímetro de la propiedad, como puede ser el jardín o el porche exterior.
5 requisitos que debe cumplir una alarma anti okupas
A la hora de elegir la seguridad de nuestra casa, hay que ser muy cuidadosos. Por eso, cuando elegimos una alarma anti ocupación debemos tener claro que debe tener las siguientes características:
- Envío de alertas a nuestro dispositivo: La alarma debe poder notificar en tiempo real si se ha producido algún tipo de intrusión o si hay algún movimiento sospechoso, a través de un mensaje de alerta en nuestro móvil o en el dispositivo que hayamos querido asociar.
- Sirena incluida: El sonido de una sirena alertará a los vecinos, de forma que será un aliciente para la mejora de la seguridad.
- Consumo eléctrico limitado: Uno de los grandes miedos que tiene la gente al instalar una alarma, es el coste de luz que va a suponer la instalación. Por eso, debe tener un consumo que no supere los 350 mA en funcionamiento.
- Conexión a grandes distancias: Lógicamente, será habitual que estemos muy lejos de la vivienda con seguridad. Sin embargo, la alarma debe ser capaz de enviarnos la información estemos donde estemos.
- Que ocupe todos los rincones de la propiedad: La alarma debe tener la capacidad de cubrir los movimientos extraños que se produzcan en cualquier parte de la propiedad, no solo en la entrada principal de la casa.

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