Ya nadie sabe sorprender

Son días difíciles para los creadores de películas y series. Si bien los guionistas de la mayor parte del siglo XX sólo se tenían de competencia a ellos mismos en un mercado completamente atomizado, donde el cine y las series apenas tenían rivales, en la actualidad prácticamente en cada rincón donde uno pueda mirar se esconde una narración disputa a ser la reina del día. 

El mundo de las series no es ni mucho menos lo que era hace un par de décadas. Antiguamente apenas existían en cada país, en un mismo momento temporal, un puñado de series que competían entre ellas por ser la reina del prime time. En la actualidad, y con la masificación de plataformas, existían al mismo tiempo decenas o centenares de ficciones televisivas, de mil y un temas, que tratan de captar nuestra cada vez más esquiva atención. 

Pero más allá de las ficciones en pantalla también hay una competencia feroz. Y uno de los principales rivales para ellos son los youtubers y demás creadores de contenido online. Si bien en un principio puede parecer que estos no son exactamente competencia directa para esta clase de entretenimiento, si uno atiende a la forma de consumir ocio de los jóvenes, pronto nos daremos cuenta de que cada vez se deja más de lado diferentes formas de cultura en favor de atender los breves contenidos, que raramente superan los diez minutos, de este tipo de artistas de la minúscula pantalla. 

Tampoco parece poner las cosas fáciles el mundo de las noticias. Donde hace apenas unos años se limitaban a dar una información limpia, pura, y en la que no se emitían imágenes de alto contenido violento, en la actualidad se agarran a esto último para tratar de captar la atención de unos televidentes que ven cómo las cotas de violencia a la que están expuestos no para de subir. 

Por todo ello, consideramos que los guionistas del cine y series nunca lo han tenido más difícil que en la actualidad, donde existen mil y una series que pelean por giros locos e inesperados para conseguir más espectadores, donde los youtubers luchan con contenido frenético para alcanzar más viewers y donde los noticiarios alcanzan unas cotas de salvajismo que poco tienen que envidiar a las películas más gore.