Los Barcos
Estar en el mar es una de las sensaciones más agradables que pueden experimentar aquellos que sean amantes del mar y para muchas otras personas que quieran vivir situaciones únicas de gran placer y tranquilidad. Puesto que las maravillas que se pueden ver en el mar serán motivo da admiración por la inmensa belleza que ha ofrecido la madre naturaleza para los humanos, además estar en mar abierto disfrutando de un placido viaje a través del mar y disfrutando del sol, será una de las sensaciones más gratificantes que puede tener una persona a lo largo de su vida. Todo esto se podrá disfrutar siempre y cuando se cuente con la ventaja de poder acceder a un viaje en los barcos, que sean de agrado y adecuados para realizar un viaje de placer.
Pero la ventaja de contar con unos buenos barcos no siempre estuvo ha disposición de todas las personas, todos los bracos como se conocen en la actualidad con toda la gran presencia y aporte que se encuentra en los barcos ha sido el resultado de un largo proceso histórico.
Atendiendo a lo anterior, lo que se conoce hoy como los barcos, en un comienzo eran simples estructuras hechas con madera, que se movían gracias a la fuerza de las mismas personas que se encontraban en ellas, de tal manera antes montar en los barcos, mas que un placer era una carga y en muchas ocasiones eran hasta castigos que se les daban a las personas, pues tendría toda su vida destinada a impulsar los barcos en los cuales montaban.
Mas adelante, comenzaron a establecerse los barcos que contaban como fuerza para la movilización las velas y la fuerza del viento, con lo cual se dejo de hacer que la actividad de montar a los bracos fuera un castigo y se paso en cierta medida a sacar ventajas aparte de la movilización de un lugar a otro, de tal forma, los barcos al evolucionar permitieron también que su tamaño aumentara en gran medida y de tal forma los barcos se comenzaron a usar como medios de carga, que se deslazaban mucho mas rápido en el mar. Este tipo de barcos son aquellos que fueron denominados carabelas y gracias a estos barcos se pudieron hacer los diferentes viajes en los cuales se descubrió el nuevo mundo.
Hasta mucho tiempo después, entre los siglos XVIII y el XIX, se mantuvieron presentes los barcos impulsados por el viento gracias a las velas, con condiciones que no eran propiamente de placer, pues mas que todo eran trabajadores los que se encontraban en los bracos y gracias al largo tiempo que se empleaban en los viajes se presentaban muchas enfermedades abordo, que en muchas ocasiones resultaban mortales para quienes se encontraban en los barcos; pero a finales del siglo XIX las cosas empezaron a cambiar debido a la aparición del barco a vapor, el cual ya no era hecho de madera sino de metal y a partir de esto lo concerniente a los barcos tuvo un gran cambio, lo cual dio cabida a los barcos con propulsión gracias a un motor de combustión interna y de propulsión nuclear.
Con lo anterior los barcos cambiaron su destinacion, pasando de ser simples elementos de carga y transporte, a complejas estructuras ideales para realizar viajes de placer y total disfrute en el mar.
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