Fobias: el oscuro mundo de los temores (tercera parte)
Este artículo pertenece a la serie “Fobias: el oscuro mundo de los temores”, en el que se hace un recorrido por el nombre de los miedos más comunes a los que se enfrenta el género humano.
Exploremos la relación de los seres humanos con los animales. Bueno, relación es un decir, cuando lo que en realidad estamos estudiando son los rechazos. Antes que nada déjeme hacerle una pregunta: ¿usted es de quienes creen que el perro es el mejor amigo del hombre? Le pregunto por qué no todos están de acuerdo en este asunto. Una vez apareció en la pared de alguna universidad un grafitti con esta leyenda: "El mejor amigo del hombre es...otro perro". Si usted es de quienes cultivan la amistad con los canes, muy bien, eso no tiene nada de malo. Pero si es de quienes los odian, mucho cuidado, porque podrá estar sufriendo de cinofobia miedo a los canes.
Y estaría bien esta fobia en relación con las especies más peligrosas pero no se justifica en la mayoría de los casos. No sé si tiene nombre el odio que las especies más agresivas sienten por el género humano, pero en cambio sí tenemos el nombre de la fobia que los perros y algunas personas sienten por los gatos: ailurofobia. El miedo a las arañas se conoce como aracnofobia y la repugnancia a los sapos lleva por nombre batraciofobia, aunque el presente estudio no puede determinar si tal nombre se puede aplicar a quienes rechazan a los sapos de la fauna humana. El miedo a las abejas se denomina apifobia y hacen bien quienes tienen este temor pues se considera que estas zumbadoras han sido clasificadas por el famoso canal Animal Planet como los animales cuya picadura es más letal para las personas después de la de los mosquitos hembra y las serpientes. A propósito, la fobia a las serpientes es la ofidiofobia y el temor a los insectos, entomofobia.
No faltan los que viven ansiosos por miedo a la ruina o a quedar arruinado: a quien así se comporta debe diagnosticársele atefobia, temor a la ruina. Y si su temor es a las armas tendremos para él una felicitación por su sentido común (¿cómo no tenerle temor a las armas?) y un nombre para su aversión: balistofobia, miedo a las armas y municiones. Del sentido común es también la cancerofobia o carcinofobia: miedo al cáncer, enfermedad contra la cual la ciencia médica debe ganar aún las más importantes batallas.
La claustrofobia y la xenofobia son dos de los temores más conocidos. En el primer caso se trata del miedo a los lugares cerrados y en el segundo, rechazo a los extranjeros. El claustrófobo debe abstenerse de acudir a habitaciones pequeñas, oscuras y cerradas, túneles, pasillos o estancias sin ventanas y, claro está, deberá evitar penas privativas de la libertad aclarando que esta última recomendación vale para todos los mortales aunque estén en su sano juicio, libre de todas las fobias.
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Alejandro Rutto Martínez es un prestigioso periodista y escritor colombiano, vinculado como docente a varias universidades colombianas. Es autor de cuatro libros y coautor de otros tres en los que se aborda el tema del liderazgo, la ética y el Desarrollo Humano. Con frecuencia es invitado como conferencista a congresos, foros y otros eventos académicos. Póngase en contacto con él a través del corrreo alejandrorutto@gmail.com o llámelo al celular 300 8055526. Visite su página www.maicaoaldia.blogspot.com

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