Cómo funciona la economía de Dios
Libro de Malaquías:
3:10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
3:11 Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.
La economía del Reino de Dios consiste, fundametalmente en dos aspectos: en primer lugar una actuación sobrenatural de nuestro señor en respaldo de nuestros proyectos y en segundo lugar por la sabiduría que Él nos da para majnejar los tiempos de abundancia y las épocas de escasez; los momentos de prosperidad y los períodos de crisis.
En primer lugar, el creyente debe entender que, al andar en los caminos del Señor se ha hecho socio de Dios y en este sentido contará con su ayuda decidida, con su apoyo permanente y con su respaldo incondicio0nal.
Tener a Dios como socio es una bendición incomparable y por eso debemos acercarnos cada vez más a Él y hacerlo conocedor de nuestras iniciativas y dárselas a conocer como una propuesta que aún tiene que ser aprobada por su soberana voluntad. Una vez que Dios aprueba lo que le hemos puesto a su consideración, podemos contar con que vamos de manera rápida y sin dudas hacia el éxito.
La economía de Dios funciona de forma singular. El señor nos ha acostumbrado a darnos todo de la nada como hizo con el pueblo hebreo en el desierto al cual nunca abandonó y le dio la provisión de todo aquello que les era necesario, aunque no les permitió que almacenaran sus alimentos para los días posteriores, una orden detrás de la cual estaba la intención del Creador de estar siempre ahí, dispuesto a brindar a sus hijos todo lo que necesitaran .
La economía de Dios es la economía de la prosperidad y la abundancia por una razón muy sencilla: Él y solo Él es dueño de vtodo lo que existe y desea compartirlo con regocijo con cada uno de sus hijos con la única condición de que estos le sean fieles y obedezcan su Palabra.
Cuando somos obedientes a Dios y cumplimos el pacto que nos ha propuesto y segumimos el plan diseñado por Él para bendecirnos, debemos prepararnos, pues vamos a estar cercanos a una prosperidad continua y abundante tanto para nuestra vida material como para nuestro desarrollo espiritual.
El el capítulo 3, versículo 10 del libro de Malaquías el Señor nos ordena llevar el diezmos al alfolí (granero, almacén de depósito). En este mismo texto Dios nos invita para que pongamos a prueba su generosidad cuando nos dice que le probemos, tras lo cual nos abrirá la ventana de los cielos y derramará sobre nosotros su bendiciòn hasta que sobreabunde.
En el versículo 11 del mismo capítulo 3 el Señor promete reprender por nosotros al devorador y no se destruirá el fruto de la tierra, ni la vid en el campo será estéril.
La economía de Dios es economía de abundancia. Y sus cimientos son sólidos y fáciles de construir: se basan en la milagrosa productividad del dar: mientras más damos, más recibimos. Está comprobado y se demuestra todos los días.
Alejandro Rutto Martínez es un prestigioso periodista y escritor colombiano, vinculado como docente a varias universidades colombianas. Es autor de cuatro libros y coautor de otros tres en los que se aborda el tema del liderazgo, la ética y el Desarrollo Humano. Con frecuencia es invitado como conferencista a congresos, foros y otros eventos académicos. Póngase en contacto con él a través del correo alejandrorutto@gmail.com o llámelo al celular 300 8055526. Visite su página www.maicaoaldia.blogspot.com

Lo bueno que vaya a hacer hoy, hágalo bien, por usted, por su familia y por su país. ¿Ya leíste Maicao al Día?

A un hijo se le debe inculcar la educación según Dios; por ejemplo, enseñarles a orar al levantarse y al acostarse.
Al nacer el niño se debe ofrecer, al ser joven y al llegar a la edad adulta, para que así caminen seguros en las cosas de Dios; Dios es de una sola palabra, no es como nosotros, por eso dice que traigamos las ofrendas y lo probemos, a ver si nuestros hijos no caminan seguros.
Maravilloso documento Profesor lo felicito por segunda vez, me agrado la forma en la que lo explica, puedo decir que millones de personas preguntan esto a diario ¿Porque debemos darle el 10% de nuestro Sueldo de trabajo a Dios? ¿Porque debemos darle dinero si estamos en tiempo de Crisis y no nos alcanza para darle lo que el pide? ... es porque no entienden el propósito, la intención y la Promesa de Dios con respecto al Diezmo y la ofrenda, Dios lo siga bendiciendo en grande profesor... Jonathan Luque-Venezuela.





































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