Desratización activa y pasiva
Para lograr una desratización eficaz se deben llevar a cabo dos procesos. En primer lugar, el manejo de hábitats, donde se corrigen las deficiencias y que se conoce como desratización pasiva, para después continuar con control de la población, también denominado como desratización activa.
Para mejorar el hábitat y eliminar malas prácticas, se debe cerciorar que la gestión de residuos y basuras se lleva a cabo de una manera correcta. Basura y roedores tienen una relación inversamente proporcional: a condiciones más higiénicas, menor número de ratas y ratones. Inevitablemente, cuanto menor es la población a controlar, más sencilla es la tarea.
Se lleva comprobando de manera sistemática desde hace unos años que las áreas que disponen de sistemas correctos para almacenar y gestionar los residuos cuentan con un número menor de ratas. Por el contrario las instalaciones deficientes sufren las peores plagas.
En cuanto al control directo se refiere, es importante destacar que hay medidas más drásticas que otras, y unas son más naturales, mientras que otras lo son menos.
Son muchos los que prefieren el uso de rapaces nocturnas para mantener la población de roedores a raya, ya que llevan a cabo una excelente tarea de desratización siguiendo el curso natural de a la vida. A menudo, para propiciar el asentamiento y reproducción de estas aves, se colocan nidos artificiales, y con lo que cuesta el metro cuadrado, a ver quién dice que no a una casa gratis…
Si es verdad que éste método es bueno, y barato, hay muchas otras alternativas disponibles en el mercado. Los más conocidos son los ultrasonidos, las trampas, los depredadores y el uso de productos tóxicos.
En el caso de los ultrasonidos, en gran parte de los casos son aparatos que emiten señales ultrasónicas, pero en otros casos se trata de señales de frecuencia aleatoria (o no ultrasónica) que atraviesas sólidos como paredes.
Se emplean mayormente en interiores, pero su uso está en declive ya que se ha demostrado que a largo plazo son poco eficaces porque los animales se hacen al ruido.
Los métodos mecánicos y eléctricos como pueden ser las trampas han demostrado una alta eficacia, pero únicamente en recintos cerrados, como casas y oficinas, ya que el uso es espacios abiertos no es viable, y puede llegar a ser peligroso.
Uno de los mayores problemas que presentan las trampas es la retirada de los ratones muertos, no apta para personas que se impresionan con facilidad.
Los métodos biológicos, al igual que la introducción de rapaces nocturnas, actúan mediante el uso de otros animales para controlar plagas. Pueden ser usados tanto depredadores como parásitos. Aunque se suelen usar como medida auxiliar, ha de tenerse mucho cuidado ya que a menudo lo que en origen era una solución, acaba siendo un problema mayor.
Por último están los métodos tóxicos o raticidas, que a grandes rasgos se dividen en dos tipos, venenos agudos y anticoagulantes.
El veneno agudo se rechaza en la actualidad por su alta peligrosidad, al no haber antídoto disponible, y porque por su rápida acción alerta a otros roedores, que rechazan el alimento con veneno.

posted by Raul Villa





































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