Cucarachas: Entender el qué las mueve y posibles soluciones ante infestaciones.

En general se presupone que un lugar donde hay cucarachas es un lugar sucio, y por ello su presencia no es bien recibida. Estos insectos contaminan la comida, en ocasiones dejan olores desagradables, y crean una sensación de inquietud en cualquiera que se percate de ellas. También son una fuente de transmisión de enfermedades.

Si bien las cucarachas suelen ser más proliferas en climas tropicales o subtropicales, su presencia no es extraña en climas menos templados de cara a los más calurosos meses de verano. Numerosas especies viven en el exterior, aunque las hay que viven en interiores, y en cualquier caso cualquier foco que suponga alimento para ellas va a atraer su atención.

Las cucarachas varían en tamaños y colores según las distintas especies. Los colores van desde los más pálidos dorados, pasando por rojizos y marrones oscuros o negros. Las más pequeñas cucarachas miden sólo unos pocos milímetros, pero pueden llegar a medir hasta 10 centímetros. El número de especies es debatido, pero incluso si uno se queda con una de las cifras más bajas, tres mil quinientas, sigue siendo una cifra más que respetable.

Las cucarachas tienen una fácil capacidad de adaptación al medio, pero los edificios y viviendas suponen a grandes rasgos un lugar francamente placentero para hacer campamento. Entran en los edificios por pequeñas rendijas que pueda haber entre ventanas y puertas, y a menudo, canalones o conductos de ventilación.

En general son criaturas noctámbulas, pero si hay una plaga severa, o algo las molesta pueden abandonar su escondite durante el día. Escogen lugares cálidos, oscuros y húmedos para refugiarse, como pueden ser cocinas y baños. Para poder lograr la eliminación de las cucarachas es fundamental fijarse en dónde parecen proliferar.

Se alimentan de prácticamente cualquier cosa, productos animales y vegetales, alimentos con almidón, y materiales como piel, pegamento, libros y cosas que jamás se le pasarían a uno por la cabeza.

Como con casi todas las plagas, la mejor manera de actuar es la prevención, y aunque es más sencillo prevenir que eliminar una invasión de cucarachas establecida, las medidas de prevención requieren un esfuerzo continuado. Una vivienda limpia reduce considerablemente el riesgo de infestaciones, así como el correcto almacenaje de alimentos. No deje platos sucios, ni utensilios de cocina durante la noche, y asegúrese de limpiar todas las superficies de migas y demás restos de comida.

No obstante, a menudo un hogar limpio no es suficiente. En este caso, hay varias opciones disponibles para controlar una plaga de cucarachas. Entre los métodos menos invasivos se encuentra el uso de trampas para cucarachas. Suelen ser una caja que contiene un potente adhesivo en su interior, la cucaracha entra en la trampa y queda atrapada por el adhesivo. A su favor está el que no contiene insecticida venenoso, pero no sirve como solución única, sino más bien para saber dónde se esconden las cucarachas y la magnitud de la infestación.

El control químico es más efectivo aplicado a las áreas que las cucarachas usan como escondite. Es importante controlar también la infestación de fuera del inmueble, o las cucarachas volverán al hogar una vez dispersado el insecticida.

En algunas ocasiones, cuando el número de cucarachas es muy elevado, o cuando varios intentos de controlar la situación han resultado fallidos, es necesario contactar con profesionales. Busque una empresa seria, avalada por organismos oficiales y que le ofrezca garantías. Recuerde que a menudo lo barato sale caro, y no se la juegue son su salud o la de su familia.