La evolucion de los valores morales
Conjunto de principios y normas de conducta con arreglo a los cuales se clasifican los actos humanos.’ Así define la moral el Diccionario de uso del español, de María Moliner.En realidad, esta definición aplica a toda persona. Incluye tanto al creyente que sigue los principios de su religión como a la persona que no se adhiere a ningún sistema ético ni religioso, pero que rige su vida en conformidad con ciertos principios. Hasta el anarquista, que afirma no tener “ni Dios ni amo”, se guía por un conjunto de valores, aunque solo sea para tomar sus propias decisiones.Pero, ¿cuál es la base de estos valores? ¿En qué se fundan esas decisiones morales? ¿Cambian con el tiempo?
Diversos valores morales del pasado.
La palabra “espartano” se utiliza en muchos idiomas para describir condiciones severas y austeras, similares a aquellas bajo las que se educaba a los ciudadanos jóvenes de la antigua ciudad griega de Esparta. A los niños se les separaba de sus padres desde muy pequeños y se les obligaba a aprender obediencia absoluta. Esta educación tenía el propósito de convertirlos en soldados modelo.
Otros pueblos seguían valores morales diferentes. Por ejemplo, el antiguo Israel tenía un código de leyes que Dios le dio a Moisés. Aquellas leyes incluían restricciones dietéticas, físicas, morales y espirituales. Los israelitas tenían que adorar a Dios, y solo a él.
Con respecto a la moralidad sexual, la ley mosaica condenaba severamente la fornicación, el adulterio, la homosexualidad y la bestialidad. Lo hacía para mantener a los israelitas separados de sus vecinos, no solo en sentido religioso, sino también moral. La razón era que muchos de los pueblos que vivían alrededor de Israel practicaban ritos sexuales degradados y perjudiciales que incluían la prostitución masculina y femenina en los templos. Algunos pueblos incluso ofrecían a sus propios hijos como sacrificio a sus dioses falsos.
La diversidad de valores morales ha continuado a lo largo de la historia, y los períodos de tolerancia se han ido alternando con otros en los que las reglas éticas han sido más estrictas. La homosexualidad, condenada enérgicamente en la Edad Media, fue más o menos tolerada durante el Renacimiento europeo. Cuando Calvino se estableció en Ginebra durante la Reforma, inauguró en Suiza un período de inflexible rigorismo moral. Por otro lado, unos doscientos años después, la Revolución francesa legalizó valores que antes se habían rechazado. Se pronunció a favor de una nueva “libertad moral” y facilitó los trámites de divorcio.
Los diferentes valores morales de hoy Hoy día.
incluso dentro de la misma sociedad, la gente tiene diferentes valores morales. Hay quienes abogan a favor de reglas morales estrictas, mientras que otros están a favor de la “libertad” moral.Los valores morales han cambiado muy deprisa. “Para la mayoría de los franceses, el adulterio tiene un significado preciso. Es negativo y contrario a la buena moralidad”, dice el libro francés Francoscopie. Sin embargo, la misma fuente indica que para muchos otros “la infidelidad moral ya no se considera como una vía de escape, sino como un derecho, un derecho que no debería poner en tela de juicio el afecto que una pareja pueda tenerse, sino, por el contrario, debería incluso enriquecerlo y fortalecerlo”.
El aborto es otro campo en el que los valores morales han cambiado con gran rapidez. Mientras que el aborto sigue siendo delito en algunos países, en otros se tolera y hasta se exige. Un detalle interesante es que la Asociación Médica Francesa consideraba que el aborto era delito hasta que en 1974 se legalizó. Hoy día muchos franceses lo ven como algo moralmente aceptable.Sin embargo, ¿en qué se basan esas valores morales? ¿Deberíamos regirnos por valores morales relativos que cambian según las circunstancias?
El hombre ha establecido sus propios valores morales.
Con el transcurso de los siglos, los filósofos han propuesto muchas ideas para tratar de responder a estas preguntas. Algunos han propuesto un ‘código universal de normas morales de valores morales pero no pueden concordar en cuál debería ser la definición de moralidad por la que todos deben regirse.Otros opinan que lo que debería regir nuestra conducta es el interés por el prójimo, pero lo que una persona considera interés apropiado por los demás, quizás otros lo vean de forma diferente. Consideremos un ejemplo: durante siglos, muchos dueños de esclavos consideraban que demostraban interés apropiado por sus esclavos al alimentarlos y darles un techo bajo el cual cobijarse, pero los esclavos opinaban que si de veras se interesasen en ellos deberían libertarlos de la esclavitud.
No hay duda de que la amplia variedad de puntos de vista —a menudo contrapuestos— que los filósofos han tenido respecto a los valores morales han confundido a muchas personas. Ni sus ideas han producido alguna norma común de moralidad ni sus filosofías han conducido a la familia humana a la paz y la unidad. De conducir a algo, sus muchas y contrapuestas ideas han conducido a un creciente número de personas a pensar que su propia norma personal de moralidad es tan buena como la de los “expertos”.
Por eso en la actualidad mucha gente ha adoptado el punto de vista del filósofo francés Jean-Paul Sartre, quien opinaba que el hombre debería ser su propio juez en lo en lo relacionado con cuestiones morales. Esta forma de pensar la han adoptado incluso muchas personas que practican su religión. Por ejemplo, las autoridades católicas están preocupadas porque muchos católicos ya no acatan las enseñanzas de la Iglesia en lo relacionado con cuestiones sexuales y con el uso de anticonceptivos condenados por la Iglesia.
La lección que aprendemos de la historia es que aunque el ser humano ha establecido diversos valores morales, con el tiempo estos se han puesto en tela de juicio y se han cambiado u olvidado. Sin embargo, los principios bíblicos mencionados anteriormente en este mismo artículo no están sujetos a los caprichos de filósofos o de sociedades cambiantes.
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