¿Se ha Extinguido el Amor a Dios ?
Vivimos en un tiempo en que el amor a Dios y al prójimo ha sido sustituido por el egoísmo, las posesiones materiales y la satisfacción sexual. Muchas personas hasta han reemplazado la creencia en Dios como Creador por la creencia en la teoría no probada de la evolución. ¿Por qué ha ocurrido todo esto?
La Encyclopedia International dice: “Lo que más impulsó al hombre común al bien durante la Edad Media fue, sin lugar a dudas, el temor al infierno, que hacía que hasta reyes y emperadores se sometieran a la Iglesia, y probablemente era lo único que restringía sus pasiones desenfrenadas”. Aquella doctrina de un infierno de fuego creaba la impresión de que Dios era desamorado, carente de misericordia y vengativo. Aunque aquella doctrina quizás restringió a algunas personas, alejó de Dios a muchas otras, y estas fueron presa fácil de enseñanzas y teorías antibíblicas, como la de la evolución.
El amor a Dios no es solo una cualidad abstracta. Impulsa a actuar para el bien de otras personas. El apóstol Pablo indicó las muchas maneras de mostrar este amor. Para mencionar algunas: “El amor es sufrido y bondadoso. El amor no es celoso, no se vanagloria, no se hincha, no se porta indecentemente, no busca sus propios intereses, no se siente provocado”. (1 Corintios 13:4, 5.) En otras palabras, si mostramos este amor, no le robaremos al prójimo, ni lo asesinaremos ni cometeremos adulterio con su esposa. El apóstol Juan concordó con esto, al decir: “Esto es lo que el amor de Dios significa: que observemos sus mandamientos”. (1 Juan 5:3.)
El amor a Dios impulsa al bien
Note el efecto que tuvo en los cristianos primitivos ese amor a Dios, como lo indicó Tertuliano, del siglo segundo. Él desafió a sus opositores a señalar a un solo cristiano entre los delincuentes de ellos. Cuando no pudieron, añadió: “Entonces, solo nosotros estamos sin delito”. El libro The Old Roman World, refiriéndose a los cristianos primitivos, apoya de este modo ese punto de vista: “Tenemos testimonio de su vida intachable, de su moralidad irreprochable”. Además, Christianity Today da esta cita del historiador eclesiástico Roland Bainton: “Desde el fin del período del Nuevo Testamento hasta la década de 170 a 180 no hay prueba alguna de que hubiera cristianos en el ejército”. El amor a Dios los movía a obedecerle y vivir vidas morales.
En vista de lo anterior preguntese ¿ es el amor a Dios lo que rige su vida?
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