El uso de la mantilla española de acuerdo al Protocolo de Boda
Antes de hablar de la mantilla veamos cómo la define la Real Academia Española de la Lengua. La mantilla es: Prenda de seda, blonda, lana u otro tejido, adornado a veces con tul o encaje, que usan las mujeres para cubrirse la cabeza y los hombros en fiestas o actos solemnes.
Ya que he hablado sobre la mantilla en mis artículos sobre la vestimenta de la Madrina según el Protocolo de Boda, ahondaré un poco en el tema.
En general la mantilla se utiliza actualmente sólo para las bodas y para las fiestas taurinas.
Para llevar mantilla en una boda habrá que tener en cuenta algunos consejos.
Si la boda es durante el día, luciremos la mantilla, con traje corto.
Y si la boda es por la tarde-noche, la misma sólo será vestida con traje largo.
Deberá llevarse siempre con trajes de una sola pieza y con manga larga o francesa.
La mantilla deberá contar con el largo adecuado a cada mujer, sin exceder el largo de la falda.
Por la parte delantera, deberá llegar a la altura de las manos, y por detrás, un poco más abajo de de la de la cadera; aunque esto depende de dónde queden los picos según cómo se coloque.
Un truco para evitar que vuele y hacer una buena sujeción con suficiente holgura, es ladear la cabeza al lado izquierdo, y sujetar la mantilla del hombro derecho y lo mismo con el lado contrario.
Para lucir mantilla, es indispensable acompañarla de una buena peineta; generalmente las mejores son las de carey.
Pero hay que tener en cuenta la altura de nuestro acompañante (en caso de tenerlo) y la nuestra propia. Si somos bajitas, podemos optar por una peineta alta, aunque son más difíciles de llevar, y si somos altas y de cara alargada, podemos optar por una peineta más baja.
En todo caso, hay que ajustarla bien al recogido y cubrirla adecuadamente, bien equilibrada con la mantilla.
Hay que tener en cuenta dos cosas: sólo se viste en ceremonias religiosas (si la boda es civil, lo mejor es olvidarnos de la mantilla), y en bodas de cierta etiqueta (cuando viste traje de gala o chaqué, el novio).
Y por último, los colores.
Según marca la tradición, la mantilla blanca o marfil, sólo la visten las solteras, y la mantilla negra queda reservada para las casadas si queremos atenernos al Protocolo de Boda.
Hay varios tipos de tejidos con los que se elabora. Los más habituales son la blonda, el chantilly y el tul.
El encaje de Blonda se elabora con dos tipos de seda (retorcida y mate para hacer el tul del fondo y brillante y lasa para los dibujos), y se caracteriza por los motivos grandes de tipo floral, especialmente por los bordes con amplias ondas, llamadas puntas de castañuela. Dados sus magníficos contrastes y el peso del mismo, resulta una gran elegancia, adaptándose tanto a la mantilla blanca como a la negra.
El encaje de Chantilly se llama así porque el origen de su fabricación fue en esa pequeña ciudad francesa. Sus diseños son de carácter vegetal, y presentan abundancia de hojas, flores, escudetes y guirnalda. El Chantilly es un encaje más etéreo que la Blonda, y se considera más elegante para la mantilla negra.
El más corriente de todos es el tul, tejido delgado y transparente de seda, hilo o algodón, que suele emplearse para imitar las mantillas de blonda y chantilly.
Espero que hayas encontrado la información que buscabas acerca del uso de la mantilla para tu boda. No dudes en dejarme los comentarios, dudas o sugerencias que tengas. Personalmente te las responderé.
http://protocolodeboda.wordpress.com/2010/11/10/el-uso-de-la-mantilla-espanola-en-una-boda-segun-el-protocolo-de-boda/#more-156






































Registro automático