Flamenco: el arte de los gitanos se convierte en ‘Patrimonio de la Humanidad’
El 22 de noviembre 2010, en Nairobi, Kenya, UNESCO reconoció o declaró, según su interpretación personal, el flamenco como Patrimonio de la Humanidad. Los serpentinos vestidos flamenca, ese canto característico, y el baile sensual y rítmico, intrínsecamente andaluces, ya pertenecen a todos. Aunque a la mayoría le alegra la noticia, una minoría, que se hace oír, reclama que el flamenco es un arte gitano, con raíces claramente andaluces, y que declararlo como Patrimonio de la Humanidad es debilitar su identidad verdadera.
La gran mayoría de los artistas flamencos sin embargo no comparten esa opinión. Interpretan al premio como un reconocimiento merecido de la universalidad del flamenco, un arte visceral que habla a todas, sea lo que sea su lengua natal. Sin duda, en los últimos años el flamenco se ha convertido en un arte cada vez más universal. Más que un imagen estereotípica de España, el flamenco hoy en día inspira el mundo de la música pop internacional, y aun más el mundo de la moda. Los vestidos flamenca, o la ropa inspirada por ellos, se ve cada vez más en las pasarelas internacionales, y los discos flamencos se venden, en sus millones, por todo el mundo.
El galardón es un gran paso por la promoción de Andalucía en el mundo entero, y la promulgación de la cultura del flamenco: baile espontáneo, vestidos de flamenca, discos y libros. Los que apoyaron a la compaña ‘Flamenco soy’, (que se creó hace un año para promocionar el intento de ser reconocido internacionalmente después de una derrota en 2005) aseguran que el premio ayudará a preservar el arte en un mundo dominado por la globalización. Sus detractores sin embargo cuestionan las razones detrás de la campaña, y temen que convertir el flamenco en Patrimonio de la Humildad enfatizará su lado superficial y turístico.
Garantía de la supervivencia del arte o símbolo de la superficialidad del flamenco moderno, el premio ha emocionado a toda Sevilla, donde, como lo han hecho durante siglos, las sevillanas, los vestidos flamenca puestos, lo celebran bailando con el duende.

Elizabeth Goodwin





































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