La violencia psicològica.Crisis en la pareja y la familia
Voy a hablarte en forma informativa sobre la violencia creciente en la pareja y en la familia:
La violencia en el hogar ha experimentado un desarrollo espectacular en las dos últimas décadas. Se trata de una epidemia que, sumado a la mayor competitividad de la sociedad actual, al nuevo rol de la mujer y de la desaparición de la inhibición para la conducta violenta , ha crecido a un ritmo igual o quizás más rápido que los accidentes de autos, las agresiones sexuales y los robos.
Lamentablemente, la familia es el foco de violencia más destacado de nuestra sociedad. Por extraño que pueda parecer, el hogar , en principio nido de cariño, de compañía y de sueños en común, pu ede ser un sitio de riesgo para las conductas violentas, sobre todo cuando éstas quedan impunes. Como la familia es una institución cerrada constituye un caldo de cultivo para las agresiones repetidas y prolongadas. En estas circunstancias las víctimas pueden sentirse incapaces de escapar del control de los agresores al estar sujetas a ellos por la fuerza física, la dependencia emocional, el aislamiento social o distintos tipos de vínculos económicos, legales o sociales .
Las diferencias de sexo condicionan el tipo de violencia experimentada. Cuando un hombre sufre una agresión, por lo general ésta tiene lugar habitualmente en la calle y suele estar asociada a un robo, una pelea, un ajuste de cuentas o un problema de celos. Las mujeres, por el contrario, al menos en la mayoría de los casos, cuando son víctimas de actos violentos suelen sufrirlos en el hogar y a manos de su pareja.
La conducta violenta en el hogar supone un intento de control de la relación en forma de abuso de poder. Así, los maltratadores suelen ser los hombres y las víctimas suelen ser las mujeres, los niños y los ancianos, es decir, los sujetos más vulnerables en el seno de la familia.
Más allá de un maltrato físico y de un maltrato sexual, fácilmente identificables, existe el maltrato psicológico más sutil, que genera consecuencias muy negativas en la salud y el bienestar emocional de la mujer y que se manifiesta de diversos modos: desvalorizaciones continuas (en forma de críticas corrosivas y humillaciones); posturas y gestos amenazantes; imposición de conductas degradantes; intentos de restricción (control de las amistades, limitación del dinero, restricción de las salidas de casa, etcétera); conductas destructivas (referidas a objetos de valor económico o afectivo o incluso al maltrato de animales domésticos) tambien la culpabilización a ella de las conductas violentas de él.
La violencia psicológica es intensa y permanente, caracterizada por las conductas ya señaladas, y genera además consecuencias clínicas, mentales y físicas, negativas en la víctima: estrés postraumático, depresión, aislamiento social, baja autoestima, etcétera.
Una vez que ha surgido el primer episodio de maltrato, y a pesar de las muestras de arrepentimiento del agresor, la probabilidad de nuevos episodios(y por motivos cada vez más insignificantes) es mucho mayor. Una vez rota la inhibición relacionada con el respeto a la otra persona, la utilización de la violencia como estrategia de control se hace cada vez más frecuente. El sufrimiento de la mujer,en lugar de suscitar una empatía afectiva, se constituye en un disparador de la agresión.
El maltrato doméstico puede funcionar como una conducta agresiva que se aprende por imitación por los hijos, y que se transmite culturalmente a las generaciones posteriores.La observación reiterada por parte de los hijos de la violencia ejercida por el hombre a la mujer tiende a perpetuar esta conducta en las parejas de la siguiente generación. De este modo, los niños aprenden que la violencia es un recurso eficaz y aceptable para hacer frente a las frustraciones del hogar, y las niñas aprenden que ellas, al menos hasta cierto punto, deben aceptarla y convivir con ella.
Una de las características singulares del maltrato doméstico es la cronicidad. Los estereotipos sociales(y muy especialmente la consideración de que la violencia familiar atañe sólo al ámbito de lo privado :“los trapos sucios se lavan en casa”)- desempeñan un papel importante en la falta de valoración del problema.
Tampoco se busca ayuda externa (atención terapéutica, servicios sociales, etcétera) de forma generalizada y esta situación puede ser atribuida a diversas razones:
económicas (la dependencia del marido); sociales (la opinión de los demás);familiares (la protección de los hijos); físicas (el agotamiento); psicológicas(la baja autoestima, la vergüenza, el miedo, la resistencia a reconocer el fracaso de la relación, la dependencia emocional, etcétera); y de temor al futuro(precariedad económica, falta de apoyo familiar y social, problemas de vivienda, porvenir incierto de los hijos, etcétera). Es por todo esto que muchas mujeres permanecen por tiempo prolongado en una situación de maltrato, y la denuncia o el recurso a los servicios asistenciales coinciden con algún momento crítico en la familia (por ejemplo, la separación o la extensión de la violencia a los hijos, lo que ocurre en casi el 50% de los casos).
Por todo esto, te vuelvo a repetir hasta el cansancio que Tú debes comenzar los tratamientos para erradicar la violencia emocional en tu pareja desde el inicio, esta es la manera de tomar cartas en el asunto y evitar que crezca y se transforme en violencia física. Te invito a aplicar de las diferentes técnicas explicadas en artículos anteriores desde el inicio, desde el primer síntoma.
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