Crisis...Económica y Emocional.
Comparo la angustia ante los problemas económicos a un cáncer. Comienza con una pequeña señal de alerta en la economía familiar, pero luego se va expandiendo de una manera vertiginosa. Una deuda para pagar otra deuda, y otra deuda, y cuando vemos, la bola de nieve, el tumor, es incontrolable.
Pero el malestar económico tiene otros ecos. No solamente afectan al endeudado, sino también a su familia y entorno. Las deudas hacen perder el sueño, llevan a vivir preocupado e ir dejando a un lado la dedicación a nuestros seres queridos. Las deudas generan angustia, malhumor, y son causa de ruptura de relaciones.
Felizmente, y a diferencia del cáncer, hay una salida para mitigar los efectos de la angustia económica. Es necesario buscar una persona de confianza, dentro o fuera de la familia, para hablar sobre el problema. Debes tener en claro que no vas a buscar que esa persona te aporte soluciones, pero sí que te aporte su comprensión.
Por otra parte, debes buscar en tu comunidad aquellas oportunidades de trabajo en que puedas desarrollarte, tanto si tu objetivo es cambiar de trabajo o simplemente complementar tus ingresos. Quizás no encuentres un trabajo a la altura de la capacitación que haz adquirido a lo largo de tu vida, pero ten el valor y la humildad de aceptar un trabajo de menor jerarquía que tus capacidades, e instala en tu mente la idea de que ese es el principio, y de que vas a crecer paso a paso. No tengas miedo de empezar de nuevo, y fíjate como objetivo terminar cada proyecto.
Pero sobre todo, TEN FE. Muchas veces los seres humanos nos jactamos de nuestros logros y de nuestras virtudes, pero cuando nos encontramos con problemas cuya solución escapa a nuestro poder, chocamos de frente con nuestra condición de LIMITADOS. Reconócelo: No tienes el poder para curar una enfermedad, ni para evitar una tragedia.
Por eso te recomiendo: sea que lo utilices como último recurso o como práctica diaria, al empezar y al terminar tu día busca un rincón en silencio de tu casa. Una vez allí, sencilla y sinceramente pide a Dios que te de fuerzas y sabiduría para salir adelante; dile que te comprometes a ser fuerte y a ser valiente, a no temer y no desmayar, porque tienes la certeza de que Él está contigo.
Puedes tomar, o puedes dejar estos consejos. Pero desde ya te garantizo los resultados. Visítanos y déjanos tus comentarios.
Carlos Cabrera.
http://www.onlineparalavida.com/
Juntos Crecemos. Juntos es Mejor.


Tu redacción es buena,
más no es un artículo...
afina los detalles





































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