Coaching con PNL para entenderte con tu Jefe
Veamos un enfoque práctico para aplicar algunas técnicas de Coaching y PNL para entenderte con tu Jefe
Algunos lectores de mi blog que han rellenado la encuesta, por cierto, te animo a que la contestes: son solo 3 preguntas y puedes contribuir a mejorar mucho este blog señalan que lo que más energía les roba en el día a día es comunicarse con sus jefes. Si también compartes esta preocupación de mejorar la comunicación con tu jefe te servirá este artículo.
El primer aspecto que sale muchas veces en el Coaching cuando se abordan estos asuntos es que uno no es muy consciente de los mensajes que emite. Por sorprendente que te parezca está en tu mano el tipo de comunicación que quieras mantener con tu superior en la organización. Hay unos pocos casos extremos de jefes sicópatas, mobbing –acoso laboral- y otras patologías pero no son frecuentes. Lo normal es que tu jefe no es un desequilibrado. Lo siento si lo pensabas así porque te has quedado sin una excusa para solucionar por ti mismo este gran problema. Espero que no te suene duro. La verdad es dura pero nos libera. En el Coaching se trabaja mucho la responsabilidad personal de cada uno en sus actuaciones. Te pido que te pares un momento, haz clic en “Pause” o “Parar” de tu mente, y pregúntate con sinceridad: ¿Digo algo que provoca reacciones airadas en mi jefe?, ¿Cómo es mi actitud ante él?. Por eso el plan de acción que te propongo para mejorar en esta habilidad de comunicación con tu jefe es:
1º.- Preparar siempre un guión con lo que vas a hablar con tu superior.
Si lees habitualmente este blog verás que es como una idea fija que trato siempre. La razón es que, por algún motivo misterioso, todos pensamos que nos comunicamos fenomenalmente bien, faltaría más. Pero la realidad, que yo compruebo personalmente, en mí, todos los días y en mis compañeros y clientes, es que no es lo mismo comunicarnos en un ambiente de confianza que en un ambiente de rechazo y estrés. Incluso tu voz sale distinta.
Por lo tanto, te pido por favor que escribas un guión de lo que vas a contarle a tu jefe. No es mucho pedir. Hazlo. Si vas a seguir haciendo lo mismo no sigas leyendo. ¿Para qué?.
Me puedes decir: “ya escribo un guión esquemático de lo que voy a decir y me preparo para sus preguntas recogiendo información y datos que apoyen mi informe”. Estupendo. Es lo primero. Lo básico. Pero no es suficiente.
2º.- Que tu mensaje tenga que ver con algo que le interese al Jefe.
Incluso para pedir vacaciones imprevistas querrás explicar a tu jefe que es por el bien de tu rendimiento en la empresa. En general, para que haya comunicación tiene que haber un mensaje y un receptor. Y el receptor tiene que estar receptivo. ¿No crees?. El punto de acción ahora es re-escribir el guión pensando en los puntos de interés de tu jefe. Reescribe tu guión pensando en lo que le interesa a tu jefe, sin excusas.
3º.- Generar un contexto de colaboración y confianza para la conversación.
En el tutorial, gratuito, que puedes descargar en este blog (menú lateral de la derecha) insistimos bastante en este punto. No por pesados sino porque la experiencia demuestra que es fundamental.
¿Cómo creo ese ambiente de colaboración si mi jefe es un cretino?. Tu jefe no es un cretino (normalmente). Lo que sucede, muchas veces, es que tu jefe tiene un mapa del mundo distinto del tuyo.
En PNL se usa como un mantra tibetano la frase: “el mapa no es el territorio”. Tengo que reconocer por experiencia la verdad de esta afirmación. Tu jefe tiene unas suposiciones –prejuicios, si quieres-, un modo de ver la realidad que no es el tuyo. Tiene otras experiencias, otros valores, otros intereses, otro carácter y otra herencia genética distinta de la tuya.
En las escuelas de negocio prestigiosas se conoce este punto del plan de acción como “gestión de la diversidad”. Una amiga lectora dice, con mucha gracia, “gestión de la bio-diversidad”. ¿Qué diversidad?. Se trata de reconocer el hecho de que tu jefe y tú sois diversos, sois muy distintos.
Ejemplo: cuando tu jefe te abronca por un detalle insignificante y te parece un ogro puede ser que –entre otras muchas explicaciones, QUE NO CONOCES- ese detalle no sea en absoluto insignificante PARA EL. Puede que se sienta amenazado por lo que percibe como un desafío a su autoridad. En este caso estamos ante una emoción poderosísima que es el miedo, sentir inseguridad. De ahí la reacción airada. Recuerda que una persona segura de sí misma no necesita echar broncas, a no ser que decida enfadarse a propósito, que es muy distinto.
¿Cómo puedes generar un ambiente de colaboración?
Aprende a estudiar a tu jefe. Lo más sencillo es que ensayes lo siguiente:
A .-Cómo vas a entrar en su despacho. Dónde te vas a sentar si es que te invita a ello. Hay una expresión facial llamada “sonrisa amable pero sin pasarse” que podrías ensayar ante un espejo. (Hazlo)
B.- Cómo vas a conectar con su estado de ánimo y su actitud corporal. En PNL se llama “acompasarse” con tu interlocutor. Te acompasas a su forma de hablar y a su actitud general corporal cuando hablas con su misma velocidad y adoptas el mismo tono físico. Por ejemplo puede que esté nervioso y gritando órdenes por teléfono. Tú te sientas pero con la espalda erguida y actitud vigilante. Por supuesto te sientas en el borde del asiento, atenta a sus movimientos. Cuando te dé la oportunidad de hablar, habla deprisa haciendo las pausas para respirar como las hace tu jefe.
Nota: Como habrás preparado el guión podrás hablar y realizar estas actividades “extra” a la vez. No te serán imposibles. Hazlo.
-4º.- Tono de voz neutral y “tonterías las justas”: Poner límites.
Hay jefes de humor cambiante que incluso han leído algo sobre liderazgo y motivar al personal. Suelen empezar siendo amables y creando ellos mismos este ambiente de confianza. Agradécelo pero no bajes la guardia. Sólo intenta ser amable, pero no olvida que te ha llamado para pedirte algo o para que le informes de algo. Supongo que ya habrás notado con qué facilidad hay jefes que adoptan un tono irónico displicente y otros cambian de la amabilidad al cabreo en un instante.
Poner Límites
Nada hay más humillante que estar hablando de los temas personales por los que se ha interesado tu jefe y de repente encontrarte en una situación de rendición de cuentas desagradable. Tú te habías pensado que te había llamado para charlar de algo personal y no es así. Poner límites también es ser cortés con estas preguntas pero no olvidar el objetivo de la reunión. El entrenamiento o Coaching para poner límites, ser asertivos, es la clave de tu mejora. Los jefes tienden a respetar a los que se respetan a sí mismos. Lo primero en este campo es aprender a quererse a uno mismo. Tal como eres estás muy bien. No eres perfecto pero eres un ser humano lleno de recursos, de posibilidades.
Si preparas bien el guión de la conversación conectarás con esos recursos interiores que todos tenemos –tú también- y tendrás más auto-confianza. El resto es escuchar atentamente, responder a lo que te preguntan y “acompasarte” al estilo del jefe, que pensará: “esta persona me entiende”. Prueba estos 4 pasos. Espero tus comentarios si lo haces
Santiago Coupeau LiderEficaz.com

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