Autoestima, libertad y prosperidad
Estimado lector, ¿sabía usted que la libertad y la prosperidad, están directamente asociadas a su autoestima? Sí, eso es así por muchas razones y una de ellas es que, con mucha frecuencia asociamos la falta de libertad únicamente con otras personas, creyendo que nuestra libertad depende solamente de éstas y que si nos liberamos de ellas seremos libres. Sin embargo, está comprobado que la mayoría de las veces somos esclavos de nosotros mismos, de nuestros pensamientos, los cuales conducen a una baja autoestima y es ésta, precisamente, la que nos esclaviza privándonos de nuestra libertad y, en consecuencia de nuestra prosperidad.
Podríamos decir entonces que: Una baja autoestima = falta de libertad = falta de prosperidad. Es fácil entender que, cambiando el estado de estas variables, el efecto será otro muy distinto en nuestras vidas, una mayor autoestima conducirá a nuestra libertad y ésta última a nuestra prosperidad.
Algunas personas preguntan cómo se puede ser libre si no nos liberamos de la “esclavitud” de otras personas, es decir, cómo puedo ser libre cuando circunstancias externas a mi propia personalidad me quitan mi libertad. La respuesta es sencilla, cuando nos liberamos de aquellas cosas que nos oprimen internamente, como lo he mencionado anteriormente, de nuestros pensamientos negativos, esa libertad nos da valor, seguridad y confianza, para vencer cualquier agente externo. Veamos: el valor nos impulsa a actuar, la seguridad nos hace actuar con certeza y la confianza nos da la esperanza sobre cosas que pudieran parecer inciertas. Los agentes internos son más difíciles de vencer, pero no imposible. Veamos un ejemplo. El miedo es un agente interno que nos inhibe de actuar. Muchas personas podrían abstenerse de solicitar un trabajo a un patrón o jefe determinado por miedo a su carácter o a una mala fama que esta persona haya creado. Pero la realidad es que el problema no es la persona a quien se dirigirá, el problema es su propio miedo. Cuando esta persona haya vencido ese miedo interior, tendrá valor para solicitar lo deseado, lo hará con la seguridad de lograr su cometido y tendrá la confianza necesaria sobre la incertidumbre existente. Esto es así, por cuanto vencer el miedo como enemigo interno, le ayuda a aumentar su autoestima y no sentirse inferior a la persona a la cual se dirigirá.
Una alta autoestima nos hace sentirnos seguros de nosotros mismos, de nuestros derechos, de nuestra imagen y de nuestro poder. Esto último se refiere al empoderamiento que cada individuo debe hacer de sí mismo. Usted no debe esperar que nadie lo empodere, debe empoderarse a usted mismo, porque usted fue puesto en esta vida con un poder de autodeterminación y de libre albedrío, mismos que le fueron dados juntamente con su inteligencia y raciocinio. Algunas veces he dicho que las religiones, los partidos políticos, los sindicatos, las universidades y otras organizaciones quieren privarnos de esas virtudes que hemos recibido, cuales son pensar y decidir y quieren pensar y decidir por nosotros. De usted depende que eso sea así. Liberándonos de nuestras ataduras internas, tomaremos el control absoluto de nuestras vidas y seremos libres para alcanzar la prosperidad a la que tenemos derecho.
Alcanzar la libertad interior significa eliminar las limitaciones que nos auto-imponemos y que, también otros nos quieren imponer. Aunque a veces es molesto, celebro cuando uno de mis estudiantes o de mis colaboradores me rebate con argumentos válidos, algunas de mis acciones u opiniones, es una muestra de su libertad personal y como ser social, su actitud ayuda a mejorar el colectivo. En la medida que esta persona sea libre vendrá su prosperidad, y su prosperidad individual se verá reflejada en la prosperidad colectiva, en la sociedad que se desenvuelve.
Algunas claves para comprobar si estamos logrando nuestra libertad interior y nuestra prosperidad que, como lo he venido anotando, equivale a una buena autoestima, las podemos encontrar en las respuestas afirmativas a estas preguntas:
¿Me siento con el mismo valor, poder y habilidades que los que me rodean? ¿Me siento con libertad para expresar mis ideas, talentos, habilidades y conocimientos? ¿Considero un derecho sagrado mi felicidad? ¿Abro continuamente mi corazón para recibir los favores y regalos de Dios? ¿Siento crecer cada día mi fe en Dios y en mí mismo? ¿Considero que nadie puede quitarme los derechos universales que he recibido de la Divina Providencia? ¿Me siento preparado para afrontar con valor, seguridad y confianza las adversidades que agentes externos me presenten?
Si usted puede responder afirmativamente a esas preguntas, puede estar seguro que está en el camino y condición correctos. De no ser así, debe luchar un poco más contra enemigos internos que se encuentran en pensamientos negativos, generalmente del pasado, así como el miedo que impide actuar con libertad. Estos enemigos que enturbian el color de su vida, que debe ser maravillosa y llena de abundancia.
Concluyo este artículo recordándole que el Universo tiene abundancia de felicidad y bienes para todos los seres humanos, entre los que usted tiene un lugar especial, aumente su autoestima y dígale al Universo que usted está consciente que tiene derecho a ellos; reclámelos, son suyos y, con valor y coraje libérese de sus enemigos internos, vaya tras la prosperidad y disfrutemos juntos en este mundo, nuestra merecida felicidad.
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