La insatisfacción como oportunidad de mejora

Todas las veces que nos encontramos ante una situación insatisfactoria, cualquiera que sea la causa de nuestra insatisfacción, ya sea porque no logramos las expectativas que teníamos,  o porque una conversación produjo efectos no desados, o porque acabamos de hacer algo que no respeta los valores con los que queremos vivir, tenemos la oportunidad de procesar esa insatisfacción para aprender algo de ella y así ser más efectivos la próxima vez que enfrentemos circunstancias similares.

El camino más provechoso para lograr mejorar a partir de las insatisfacciones, no pasa por exigirle al mundo o a los otros que cambien. El mejor camino aunque no sea el fácil, pasa por meterse cada cual consigo mismo.

Uno de los grandes problemas para el desarrollo del liderazgo, es la dificultad que tenemos los seres humanos de meternos cada  uno con nosotros mismos, porque toda nuestra atención puesta en el hecho de poder estar mejor si los demás cambian.

No puedo ser mejor gerente o lider de lo que soy como persona, por lo tanto es fundamental aprender a mirarnos adentro. No hay recetas ni fórmulas seguras, pero propongo aquí seguir algunas líneas reflexivas y sugerencias, simples intelectualmente pero difíciles de practicar.

Preguntarse:

“¿Cómo estoy contribuyendo a que esto suceda?” (Con lo que hago, lo que no hago, con la forma en que lo hago)

“¿Qué puedo hacer distinto frente a este desafío para ser más efectivo de ahora en más?”

Observar la situación como un desafío, una oportunidad de aprendizaje y crecimiento, y asumir dicha actitud frente a ella.

Comprometerse con un objetivo positivo de aprendizaje claro: ¿Qué quiero aprender gracias a esta situación insatisfactoria?

Cuando comenzamos a descubrir que detrás de toda circunstancia insatisfactoria se encuentra una oportunidad de crecimiento, nos daremos cuenta que las insatisfacciones pueden ser un factor de estimulo a la mejora en nuestra vida.