La pandemia del Ensimismamiento
En este mismo momento hay respirando en el mundo casi diez mil millones de individuos. Esa es una cifra respetable ¿A cuántos conoces?
Ahora toma en cuenta también las anteriores generaciones desde el comienzo de la historia humana. ¿A cuántos de ellos podrías mencionar? O si quieres, ¿Cuántos de ellos han quedado siquiera registrados en los libros?
Pero lo más interesante de esto es encontrar un esclarecimiento para tanta omisión. No ha sido porque les ha faltado talento para ser relevantes. De hecho, ahora mismo hay tal vez cientos de miles sino millones de personas con grandes potencialidades. Todos ellos morirán sin pasar a la historia. Solo serán recordados por gente cercana que cuando muera se llevarán sus recuerdos al silencio eterno. Y tú, por supuesto; jamás sabrás de ellos.
La vida es clara, no importa cuán inteligente sea alguien, cuán capaz, cuán talentoso, cuán valiente. No representa nada para la humanidad hasta el mismo momento en que hace algo relevante. El más grande superhombre, si es que existen, sería ignorado. Y lo sería para siempre a no ser que actúe y haga algo reconocible. Porque no existen los héroes sin sus hazañas.
Hoy en día impera la confusión y muchos ignoran esa realidad. Quieren vehementemente destacarse. Y tratan de lograrlo, pero disfrutan más preparándose para el triunfo que triunfando.
Algunos gastan prácticamente toda su vida amándose a sí mismos, perfeccionándose. Siguen programas estrictos de estudio, entrenamientos, hipnosis, terapias, dietas... No quieren saber sobre nada externo a ellos ni de historia, ni de geografía, ni de artes, ni de ciencias. Tal vez logren admirarse a sí mismos, lo cual de por sí es totalmente irrelevante; pero nada más.
Son personas que tratan de ser grandes imitando a los héroes y no a sus proezas. Y que conste que hay héroes de toda clase. Los hay en el trabajo, en la familia, en el estudio, en la amistad en el amor. Pero esas personas creen firmemente en que importa cómo se viste o qué come el personaje que aprecian. Y no se dan cuenta que lo que realmente es distintivo es lo que alguien pueda hacer.
Estoy hablando de una de las causas que trunca el futuro brillante de tanta gente. De muchos que, posiblemente como tú, tienen grandes potencialidades. Talentos que solo tuyos no le sirven a nadie y que por eso es irrelevante que los tengas.
Estoy hablando del ensimismamiento, de ese que malgasta el precioso recurso del tiempo. Hace que la gente quiera destacarse a través del narcisismo. Pero no hay un narcisista mejor que otro narcisista. Dedican todo su esfuerzo en sí mismos, leen cuanto escrito de crecimiento personal encuentran. Todo lo que hable de cómo alcanzar el éxito.
Desafortunadamente la mayoría de esos textos solo les dice que tienen que prepararse. Y además pretende decirles cómo deben hacerlo. Pero esos textos no dicen que el éxito es hijo de la ACCIÓN. Y no cualquier acción sino de aquella que tiene un efecto relevante para los demás, no meramente para ellos.
Únicamente así es como alguien llega a ser genuinamente importante. Lo es cuando su actividad, su conducta, sus proyectos son relevantes para varias o muchas personas. Y no solo lo es para él mismo. Puedes ser importante a condición de que tus ideas lleguen a ponerse en práctica. Y con ello, otros puedan recibir algún beneficio.
En otras palabras, la trascendencia no viene con la perfección espiritual, física ni de otra índole. La trascendencia personal verdadera solo se consigue siendo útil. Se consigue teniendo algún valor social.
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Alejandro Capdevila





































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