El Recurso más valioso de todos
Puede preguntarse a alguien qué recurso estima más de todos los que tiene. ¿Qué respondería? ¿Cuál sería para ti? Tal vez el dinero. Sin recursos económicos muy poco se puede hacer. Mucha gente pone seriamente en duda que sin dinero pueda alcanzarse la felicidad. Para casi todo lo necesitamos. Sin embargo, no es el dinero el recurso más valioso.
Será entonces la salud, dirán algunos. Sin esa condición de nada se puede disfrutar. Muchos ricos quisieran dar todo su dinero con tal de recuperar el bienestar perdido. Pero hay más de una enfermedad incurable. Algunas son fatales y no pueden ser curadas ni con todo el dinero del mundo. Entonces ¿la salud es el recurso más valioso?
Sí, es muy valioso, es de los más; pero no es nuestro recurso fundamental. Ese del cual hablamos es tan obvio y sin embargo la mayoría de la gente lo pasa por alto. Al lado de él todos los demás recursos parecen insignificantes.
Este recurso tan difícil de averiguar para algunos no es más que el tiempo. ¿Decepcionado? Si es así es porque todavía no comprendes la verdadera magnitud de su poder. Piénsalo bien.
Supongamos que un hombre afortunado cuenta de repente con todos los demás recursos. Digamos que tiene ahora mismo $ 3 000 000 de dólares. Cuenta con muchos amigos y tiene también una salud de hierro. Tiene todos los recursos y todas las condiciones habidas y concebidas para ser feliz. Sin embargo, no tiene tiempo. Al salir por esa puerta sufrirá un accidente fatal. ¿De qué le sirvió todo lo demás? Absolutamente de nada.
El tiempo es un recurso tan preciado que la gente lo toma en cuenta más que cualquier otra cosa. Tal vez creas que las personas están más preocupadas por su dinero. Pero no es así. Cada cuál contabiliza su dinero alguna vez. Sin embargo, del tiempo, de cada día, de cada hora la gente se preocupa. Ya los ves mirando sus relojes con frecuencia, contando el tiempo consumido y el tiempo que les resta. Nadie gusta de estar sin saber qué momento del día es, qué día de la semana, mes y cuál año está viviendo.
Nuestra sociedad le rinde culto al tiempo. Tenemos no solo relojes de todas clases y apariencias. También tenemos almanaques y realizamos celebraciones cada vez que se cumplen aniversarios. Quedarse sin tiempo crea más ansiedad que quedarse sin un centavo.
Cuántas veces nos gustaría contar con más tiempo. Echar el tiempo para atrás. Quisiéramos estar más con nuestra familia o divertirnos o dormir durante más tiempo; vivir más. Pero ese recurso no solo es el más valioso, también es el que más consumimos. Fíjate que tenemos que invertirlo no como el dinero solo en ocasiones. El tiempo por supuesto lo gastamos a cada instante. Para todo lo necesitamos.
Pero eso no es lo peor. Usarlo sería perfectamente razonable. El problema es que abusamos de él, lo echamos a la basura y lo invertimos en cosas improductivas. No hablo del ocio necesario ni de la diversión. Esos los necesitamos para descansar y ser más productivos cuando regresemos al trabajo.
Más bien hablo de lo mal que organizamos a veces nuestro tiempo, nuestros horarios. En los periodos en que pudiéramos hacer 20 tareas sólo logramos concluir o empezar 3. Nos la pasamos postergándolo todo. Así de mal administramos el más estimable de nuestros recursos.
Nos comportamos como si nos sobrara. Pero créeme, esa sensación no es más que una engañosa ilusión. A nadie le sobra el tiempo ni nadie sabe con certeza con cuanto tiempo cuenta. Esta pudiera ser tu última hora de vida, o la mía. Solo de pensarlo nos preocupamos de no tener más tiempo para gastar.
No obstante, lo más razonable es que invirtamos un poquito de ese recurso en pensar cómo utilizarlo mejor. Hagamos planes, proyectemos nuestras actividades más importantes. Preparémonos para el futuro y pensemos en el día de mañana con antelación. De ese modo ganaremos mucho tiempo que podremos utilizar en alcanzar metas y sueños adicionales.
Llegará el día en que casi no nos quede tiempo. Tratemos al menos de que llegado ese momento nos quede la satisfacción del buen uso que hicimos de él.
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Alejandro Capdevila

Hasta hace un tiempo también pensaba igual, que el tiempo era el recurso más valioso, ya que es el único que no se puede "recuperar".
Pero una tía me hizo ver una realidad muy diferente y hoy estoy convencido de que, a pesar de que el tiempo sea uno de los recursos más valiosos por no ser renovable, existe otro también casi tan valioso, como es la voluntad.
Creo que de nada nos sirve tener todo el tiempo del mundo si es que no tenemos la voluntad de hacer. Y si tenemos voluntad, siempre encontramos el momento de hacer lo que deseamos de verdad.





































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