Estás viviendo el día de hoy por última vez
Vive el día de hoy sin pensar en el futuro. Esa idea siempre me ha parecido un consejo fatal. Porque he visto que quienes tratan de aplicarlo se meten frecuentemente en aprietos. Por lo general son sorprendidos por grandes avalanchas de problemas que se le vienen encima sin que tengan tiempo para reaccionar. Y no es que fueran problemas impredecibles. Es que ellos tratan de no pensar en lo que puede ocurrir mañana. Nunca se preparan para el futuro.
Y qué decir del hábito de pasar horas y días o toda una vida lamentándose internamente por el pasado. Esa es una buena forma de sabotear el propio bienestar. Sufren por lo que ya no tiene remedio. Y no es que esté mal sufrir por ello. Lo que pasa es que no debe hacerse para siempre.
La conducta centrada en el pasado ha merecido el consejo de no pensar jamás en lo que ya pasó. Después de todo nada puede hacerse o cambiarse en el pasado. Es un periodo que salió para siempre de nuestras manos.
Aunque la idea de que no puede hacerse nada sobre el pasado no es del todo cierta. Tienes por lo menos una oportunidad de hacer y cambiar muchas cosas de tu pasado. Y estoy hablando en serio. El momento de modificar tu pasado es ahora. Y es así por la sencilla razón de que solamente una parte de tu pasado es imposible ya de cambiar. El resto, posiblemente la mayor parte, está esperando por ti.
¿De qué estoy hablando? Estoy hablando de que algún día todo lo que te queda de futuro será parte de tu pasado. Y toda esa parte la puedes hacer y deshacer a tu antojo. Pero el momento en que puedes hacerlo es siempre el presente.
Deja de preocuparte ya por lo irremediable. Te queda mucho "pasado" aún por recorrer. Cámbialo y constrúyelo a tu antojo antes de que esté fuera de tu alcance. Todo lo que hagas con el día de hoy y el de mañana serán parte de tu historia. Haz que luego sean partes de tu pasado de las que no tengas que lamentarte.
Hoy es tu oportunidad de construir un pasado a la medida de tus deseos. Vive tu presente de la manera que valga la pena recordarlo. No hagas nada de lo cual luego tengas que arrepentirte. Sé feliz con las cosas buenas que ya tienes. No renuncies a tu necesidad de tener un pasado mejor. Pero satisfácela cambiando como quieras todo el pasado que tienes aún por delante: tu porvenir.
El día de hoy es una parte de tu pasado que está a punto de quedar inaccesible para ti. Pero todavía puedes cambiarlo antes de que termine. ¿Se te ocurre hacer algo para luego recordar el día de hoy con mayor satisfacción? ¡Adelante, no hay tiempo que perder!
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Alejandro Capdevila





































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