El primer día de colegio
Desde que nació nuestro/a pequeño/a, llevamos dedicándonos casi exclusivamente a su crianza. En este periodo de tiempo se ha establecido un vínculo afectivo muy fuerte y especial entre los padres/madres y el niño. El Apego es un vínculo que se establece entre el/la bebé y sus principales cuidadores. Es un sistema o repertorio de conductas cuyo objetivo es satisfacer la tendencia innata a mantener la proximidad con los/as cuidadores/as principales mejor capacitados/as para la adaptación y la supervivencia. Si se produce una separación, si hay dolor o miedo, la conducta de apego se activa, el/la niño/a se dirige a su madre o cuidador principal en búsqueda de su ayuda y consuelo.
El establecimiento de un buen vínculo de apego es necesario para el buen desarrollo de nuestro/a hijo/a. Este lazo deberá ser cuidado, siendo muy importante atender los momentos de separación para evitar que nuestros/as hijos/as sientan demasiado miedo o se sientan muy inseguros.
El separarse de un hijo/a por primera vez para dejarlo al cuidado de los educadores del cole hace que se tambalee ese lazo afectivo. En este momento afloran una gran cantidad de sentimientos tanto en los padres como en los/as hijos/as. Sentimientos de miedo, abandono, tristeza, culpabilidad, preocupación…
Hace unos años, trabajando como maestra en una escuela de educación infantil, pude experimentar este momento de separación. Los primeros días son muy duros, ves un sinfín de lloros, caras de tristeza… tanto en hijos/as como en padres o madres, pero con el tiempo todo se calma y ya las separaciones se vuelven un proceso normal y cotidiano carente de sufrimiento.
Pude observar durante el periodo de adaptación que con bastante frecuencia sufrían más los padres y las madres que los/as hijos/as. Cuando esto ocurre, hay que tener especial cuidado ya que nuestros sentimientos afectan mucho a nuestros/as hijos/as. De cómo vivamos nosotros este periodo dependerá cómo lo vivan ellos/as.
Es muy importante prepararse emocionalmente para este momento.
Algunos aspectos que pueden ayudarnos a estar más tranquilos son:
- Estar seguros de la decisión tomada.
- Seleccionar un centro del que tengamos referencias. Conocer a padres/madres que lleven a sus hijos/as a ese centro y que estén satisfechos con su funcionamiento nos ayudará a estar más tranquilos, seguros y confiados.
- Conocer el centro (tipo de pedagogía, recursos, instalaciones…) y a los/as futuros educadores.
- Establecer una relación armoniosa con el/la educador/a de nuestro/a hijo/a.
De cara a nuestros/as hijos/as será conveniente:
- Explicar al niño/a a dónde va a ir. Es esencial que el/la niño/a antes de ir al cole por primera vez tenga cierta noción sobre éste. Para ello se debe ir trabajando un tiempo antes el concepto de “cole”: ¿qué es?, ¿qué hay ahí?, ¿qué se hace en él? Podemos usar cuentos, juegos, etc. para dárselo a conocer. Mostrarles entusiasmo sobre el cole hará que vean que es algo bueno y positivo.
- Visitar con nuestro/a hijo/a el centro antes de la fecha de comienzo de clases y, a ser posible, tener un primer contacto con el/la que va a ser su profesor/a.
- Explicarle que vamos a dejarle un tiempo en el cole pero que luego volveremos a buscarle.
- Mostrarnos contentos/as, tranquilos/as y seguros/as ante él/ella. Vernos bien a nosotros/as le facilitará mucho la separación.
- Establecer una buena relación con el/la educador/a, así nuestros hijos/as verán que se trata de una persona de confianza con la que se pueden quedar tranquilos/as.
- Cuando vayamos a recogerles, debemos mostrarnos tranquilos/as y contentos/as. Es muy importante compensarles la ausencia con mucho amor y cariño.
- Una vez en casa, será positivo hablar con ellos/as sobre el cole. Hablar de los compañeros/as, de el/la profesor/a, de lo que han hecho…
Es de vital importancia respetar el periodo de adaptación fijado por los centros educativos. Nos ayudará a realizar más suavemente este proceso, a ir preparándonos poco a poco y así evitar traumas causados por la separación.
En todo momento debemos seguir nuestro instinto y sentido común. Algunas veces los/as educadores/as, con buena voluntad, dan indicaciones a los/as padres/madres para facilitar las cosas a corto plazo, pero obviando cómo pueden influir en los/as niños/as. Indicaciones de este tipo pueden ser “no coger al niño/a en brazos en casa”, “no mimarle”, “no hacer caso a sus llamadas de atención”… Indicaciones que de llevarse a cabo pueden afectar negativamente a la relación con los/as padres/madres y hacer que el/la niño/a se sienta aun más temeroso/a e inseguro/a.
Los/as niños/as tardarán un tiempo en acostumbrarse a la dinámica del cole. Es normal que algunos/as al principio muestren rechazo por el cole, que no quieran volver, que lloren porque no quieren ir, etc. De igual modo, suelen sufrir un cambio de humor: mostrarse más dependientes, mimosos/as, irascibles… No nos debemos angustiar demasiado ante esta situación, ya que con el tiempo se calmarán. Si estos signos de malestar se prolongaran más allá del periodo de adaptación sería conveniente consultar con un profesional que nos ayude a entender qué le está pasando a nuestro hijo/a de manera de poder rectificar la situación lo antes posible.
Es muy importante hablar sobre lo que les está ocurriendo, darle un nombre a los sentimientos que están experimentando y explicarles por qué se sienten así. En definitiva darles toda la atención, apoyo y cariño que necesiten.
Juana Duffill Gavito

Crecer Sano y Feliz





































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