El divorcio y los hijos
Matrimonio
El Matrimonio se podría definir como "contrato civil (porque tiene la presencia del Estado) y solemne (porque necesita requisitos para que tenga validez), celebrado entre dos personas de sexo diferente (hombre y mujer), en algunos países ya se acepta matrimonios del mismo sexo, con el objetivo de perpetuar la especie". En el aspecto civil, es considerado como un contrato el cual sólo será válido si se ciñe a las normas establecidas por nuestra ley, como contrato este reviste una serie de formas solemnes sancionadas por una autoridad civil en tal carácter contractual podemos asumir que este reviste un carácter de disolubilidad, y es en tal caso que se puede recurrir ante la autoridad para solicitar tal disolución del vinculo no sin que la autoridad procure garantizar los intereses de los hijos, y de ambos cónyuges, por lo que es de vital importancia el conocimiento de sus derechos con respecto de su persona, bienes e hijos.
Posibles causas
Varios estudios se han enfocado a tratar de determinar cuáles podrían ser las variables que presentan un mayor riesgo de divorcio, aunque no necesariamente se puede presumir que son aquellas las causales directas de éste. Entre estos factores, se pueden mencionar: matrimonios celebrados, con parejas muy jóvenes, pobreza, desempleo, bajo nivel educacional, convivencia con otra (o la misma) pareja antes del matrimonio, tener un hijo o hija antes del matrimonio ya sea propio (de ambos) o de alguno de los contrayentes, diferencias raciales, tener un historial de otros matrimonios anteriores, divorcio en la familia de origen, entre otros.
¿Que es el divorcio?
El divorcio es el acto que disuelve el vínculo del matrimonio y deja a los cónyuges en aptitud de contraer otro. El divorcio es el resultado de una serie de problemas que confluye en el punto más angosto que es la ruptura matrimonial.
Aunque esto puede parecer sencillo, no resulta fácil para una pareja decidir ponerle fin a su matrimonio. A menudo, antes de decidir divorciarse, se toman un largo tiempo para intentar resolver los problemas que existen. Sin embargo, en ocasiones, no pueden resolver esos problemas y deciden que el divorcio es la mejor solución.
El divorcio puede demandarse por las causas siguientes:
a)- El mutuo consentimiento de los esposos.
b)- La incompatibilidad de caracteres justificada por hechos cuya magnitud como causa de infelicidad de los cónyuges y de perturbación social, suficientes para motivar el divorcio, será apreciada por los jueces.
c)- La ausencia decretada por el tribunal de conformidad con las prescripciones contenidas en el capítulo II del título IV del libro primero del Código Civil.
d)- El adulterio de cualquiera de los cónyuges.
e)- La condenación de uno de los esposos a una pena criminal. No podrá pedirse el divorcio por esta causa si la condenación es la sanción de crímenes políticos.
f)- Las sevicias o injurias graves cometidas por uno de los esposos respecto del otro.
g)- El abandono voluntario que uno de los esposos haga del hogar, siempre que no regrese a el en el término de dos años. Este plazo tendrá como punto de partida la notificación auténtica hecha al cónyuge que ha abandonado el hogar por el otro cónyuge.
h)- La embriaguez habitual de uno de los esposos, o el uso habitual o inmoderado de drogas estupefacientes.
Varias investigaciones afirman que el proceso de divorcio impactaría en el bienestar de los hijos/as, pudiéndose asociar a algunos problemas que éstos externalizan, tales como comportamientos agresivos o tendencia a quebrar reglas, mientras que a nivel interno, con problemas de ansiedad y depresión.
La mayoría de los niños no desean que sus padres se divorcien. Algunos de los hijos tienen sentimientos encontrados acerca del tema, en especial cuando saben que sus padres no eran felices juntos. Algunos niños pueden llegar incluso a sentirse aliviados cuando sus padres se divorcian, en especial si ellos se discutían mucho cuando estaban casados.
Es de vital importancia que los hijos de ese matrimonio en disolución, sepan que el hecho de que sus padres se hayan divorciado no significa que se han divorciado de sus hijos. Algunos niños piensan que, si sus padres se están divorciando, tanto su papá como su mamá también querrán abandonarlos a ellos.
Cada pareja tiene sus propios motivos para divorciarse. Más allá de cuáles sean los motivos, hay algo que es indudable: ¡Los niños no son los causantes del divorcio!
En ocasiones, los sentimientos que experimentan los niños respecto del divorcio de sus padres son tan fuertes que les cuesta concentrarse en otra cosa. Cuando los niños están muy tristes, enojados o preocupados, es probable que no presten atención en clase, que no se concentren en sus tareas o que ni siquiera puedan recordar algo que acaban de leer. Si esto sucede, es fundamental buscar ayuda.
La ayuda que se les pueda brindar a los hijos es muy importante. También existen grupos de apoyo en escuelas y otros lugares de la comunidad, donde los niños pueden conocer a otros niños cuyos padres se han divorciado o están divorciándose y hablar de cómo los afecta la situación que están viviendo. Además, existe una gran cantidad de libros acerca del divorcio especialmente escritos para niños.

Windsor M.





































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