¿Es posible tener una mirada más joven?
Acabo de leer un escrito en Internet titulado Cómo tener una mirada más joven. La fragilidad del contorno del ojo. Tengo que reconocer que éste es un tema extremadamente espinoso por un motivo fundamental: todos queremos vernos y mantenernos jóvenes.
El contorno del ojo tiene la epidermis más fina del cuerpo humano, pobre en grasa y colágeno, pero rica en músculos que facilitan el constante parpadeo de este órgano, a través del cual percibimos el 90 % de nuestra información diaria. Por este motivo es la primera en mostrar los primeros signos del envejecimiento a través de las líneas de expresión. Éstas se transformarán con posterioridad en las famosas patas de gallo, cuya aparición provoca el espanto de quienes las padecen, pues son el primer síntoma visible del paso inexorable del tiempo.
Este artículo aborda con gran acierto las especificidades de esa zona del rostro, tan delicada, la primera en sentir las consecuencias de la falta de sueño, de una resaca o simplemente del efecto del cansancio, el estrés o de la enfermedad. A pesar de ello, según muchos de los comentarios que aparecen en la página, no llega a abordar su objetivo fundamental: brindar consejos sobre su cuidado, siendo ésta la principal razón de esta nota.
Dicen que los ojos son el reflejo del alma. La alegría, la tristeza y asimismo la fatiga son fácilmente perceptibles a través de la mirada, por este motivo ahí les dejo algunas recomendaciones para su cuidado. Espero que estos consejos te sean de utilidad.
Muchos productos naturales son efectivos para su cuidado. El pepino, la sábila y la lechuga son vasodilatadores y por lo tanto “refrescan” la zona, eliminando el cansancio. Una rodaja de pepino puesta sobre el ojo quince minutos al día ayudan a “iluminarlo” y lo mismo sucede con la lechuga, la sábila, la manzanilla y las papas crudas. Puedes aplicarlas tal cual o en papilla a manera de compresas. Ambas formas son igualmente efectivas. Para retirarlas utiliza mejor agua templada y así tonificarás todo el rostro.
Cuando apliques cremas hidratantes, nutritivas o antiarrugas en el contorno del ojo, masajea suavemente con ligeros toques circulares para activar la circulación, siempre de afuera hacia adentro, o sea, del borde externo de la ceja hacia el lagrimal, de esta manera no maltratas su delicada epidermis.
Recuerda que no se tiene la misma piel a los veinte, que a los treinta que cuando se tiene más de cuarenta años, por este motivo debes ir cambiando estos productos para adecuarlos al tipo de piel que posees. No abuses de ellos. Una mayor cantidad de éstos no implica una mayor efectividad. Todo lo contrario. La piel debe respirar y si la sobresaturas impides esta función natural, provocando una mayor oxidación en el área y trayendo como consecuencia el efecto contrario.
Jamás te acuestes maquillada. Esta máxima es esencial para el cuidado de todo el cutis, pero resulta particularmente importante para la zona de alrededor de los ojos debido a su gran fragilidad. Todos los cosméticos están constituidos por compuestos químicos muy agresivos, incluso aquellos que dicen que no lo son. No te confíes. Retíralos con desmaquillante o con tu crema hidratante habitual antes de dormir y así evitarás su envejecimiento prematuro.
Al levantarte por las mañanas lava el rostro con agua fría. Esto activa de forma natural los músculos y capilares de toda el área, particularmente de los ojos. Toma una pequeña cantidad en la oquedad formada en las palmas de las manos y ponla sobre los ojos a manera de compresa. Trata de mantenerlos abiertos y/o pestañeando, de esta forma se reactivará la circulación sanguínea y los efectos del agotamiento (ojeras y bolsas) se atenuarán, dejando como consecuencia una mirada brillante.
No te expongas demasiado al sol y cuando lo hagas, protege los ojos usando gafas de sol. Una exposición prolongada a éste reseca la piel, acelerando el proceso de envejecimiento. Evítalo siempre que puedas.
Evita estresarte y ríe con frecuencia. La risa es beneficiosa para la salud y proyecta una imagen saludable, feliz y juvenil de ti misma. Nunca lo olvides.

Jennie Roblejo P.





































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