Marte se va retrógrado en Virgo y cambia las perspectivas en el horóscopo

El retrógrado de Marte afecta particularmente a 2 signos del horóscopo diario

El planeta de acción Marte por lo general dice ¡Vaya! ¡Vaya! ¡Vaya!, pero ahora mismo está diciendo ¡Lento! ¡Lento! ¡Lento! Eso es porque Marte va retrógrado en Virgo del 23 de enero al 13 de abril, tiempo durante el cual nuestra vida se volverá más sobre el pensamiento que el hacer. Marte se pone retrógrado cada dos años o menos para un promedio de dos meses y medio, y si bien siempre se marca un tiempo para frenar y pagar más atención a lo que estamos haciendo con nuestras vidas, este impulso para la introspección será aún más fuerte con el retrógrado de Marte en el signo orientado a los detalles de Virgo. Marte es llamado el planeta guerrero, porque su energía es típicamente agresiva y sigue adelante, pero mientras que Marte parece girar hacia atrás durante su movimiento de retrógrado nos encontraremos colgando hacia atrás, no impulsando nuevas iniciativas. Esta desaceleración afectará a todos los horóscopos diarios, pero especialmente a los dos signos que se rigen por Marte: Aries y Escorpio.

Se puede que los ciclos del retrógrado de Marte no sea el mejor momento para iniciar nuevos emprendimientos, pero pueden ser aún ciclos de gran valor, ya que se remontan a más situaciones en su mente para hacer correcciones en la forma de manejar las cosas. Cosas a tener en cuenta durante este período de retrogrado de Marte son internalizar mucha rabia y las tendencias obsesivo-compulsivas. Con la toma del retrógrado de Marte que nos hace menos asertivos de lo habitual, es posible que usted pudiera tener demasiada frustración y sentir tanta tensión que se sentirá muy nervioso y estresado. También es posible con este periodo de retrógrado de Marte en Virgo que usted va a pasar mucho tiempo yendo una y otra vez los detalles que cree que son importantes, pero que en realidad no lo son. Marte se quedará en Virgo hasta el 3 de julio. Hasta esta fecha, es el momento para convertirse en un guerrero pacífico y dejar que las cosas pequeñas se vayan.