Origen del perro y evolución canina hasta la domesticación
El perro es, sin duda, el animal doméstico por excelencia. Hay aproximadamente 400 razas de perro muy distintas entre ellas tanto en la forma como en el tamaño, y es el mamífero más diverso que existe.
Muchos científicos, como por ejemplo Konrad Lorenz, pensaron que el perro procedía de diferentes especies de cánidos salvajes: del lobo y del chacal. Estudios genéticos más recientes han demostrado que todas las razas de perro proceden de un único antepasado: el lobo.
Los primeros fósiles de cánidos junto a asentamientos humanos se han encontrado en Iraq, y tienen una antigüedad de 14.000 años. Casi todos los demás restos encontrados tienen entre 8.000 y 10.000 años, y están esparcidos por todo el mundo.
Todavía no hay unanimidad sobre la antigüedad del perro doméstico, lo que está claro es que el perro es el animal doméstico más antiguo y que ningún otro animal ha acompañado al hombre durante tanto tiempo ni ha creado con él un vínculo tan fuerte.
Un estudio científico comparativo entre perros y lobos encabezado por Carles Vilà aprecia una aparición del perro doméstico mucho más antigua de lo que los datos arqueológicos permiten apreciar, y también sugiere que su domesticación se produjo en varios lugares y momentos distintos de manera independiente.
El perro y el lobo comparten muchas características pero son muy diferentes. Parece ser que los lobos evolucionaron en perros carroñeros antes de asociarse con los humanos, así que los humanos no domesticaron a lobos sinó a animales que ya eran menos salvajes, menos agresivos y menos recelosos que el lobo, y esto había sido provocado por mutación genética. Por ejemplo en comunidades indígenas o en países en vías de desarrollo podemos observar este tipo de relación entre perros y humanos, donde los perros se acercan a los grupos de personas sobretodo en búsqueda de restos de comida.
Los humanos, a través de la domesticación y a lo largo de los años, han seleccionado a los individuos que mostraban rasgos de conducta propios de los animales jóvenes (docilidad, capacidad de adaptarse fácilmente a nuevos ambientes, tendencia a jugar, etc.), y por eso el perro doméstico adulto mantiene siempre características infantiles o juveniles. Este fenómeno es conocido como neotenia.
Detrás de la gran variedad de razas de perros existentes, por un lado tenemos el intercambio genético producido entre poblaciones de lobos y perros durante muchos años y, por otro lado, la selección artificial realizada por el ser humano a partir del final del Paleolítico superior.
Unos de los motivos principales que hicieron que fuera posible llegar a esta domesticación que existe hoy en día son que hombres, perros y lobos tenían el mismo tipo de organización social, vivían en el mismo territorio y comían las mismas cosas. Fue el perro el que se acercó al hombre y no al revés, y de aquí empezó a surgir una relación de simbiosis ya que, por un lado, los perros se acercaban a los hombres para conseguir restos de comida y, por otro lado, los hombres empezaron a ver la utilidad que los perros podían tener para ellos, por ejemplo como cazadores, guardianes, perros de trineo, de pastoreo, etc.
Más adelante fueron surgiendo muchos más motivos para que perros y hombres siguieran relacionándose entre ellos y conviviendo juntos, ya que ambos disfrutaban mutuamente de la compañía del otro, por lo que hoy en día muchas personas conviven con perros simplemente por el placer de tener como amigo a un individuo de esta maravillosa especie, ya que nos aportan mucho amor, compañía y buenos momentos, entre muchas otras cosas.






































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