Macbeth - William Shakespeare

Escrita por Shakespeare entre mayo de 1606 y finales de ese mismo año.

 

Fuentes: se destaca la ya mencionada Chronicles of England, Scotland, and Ireland de Holinshed (1577). Se supone que la elección de este tema estuvo influenciada por Jabobo I de Inglaterra y Jacobo VI de Escocia, quienes

tenían un particular interés en cuestiones genealógicas de los Estuardo y en asuntos históricos de brujerías. Otras fuentes que habría consultado: Rerum Scoticarum Historia, de George Buchanan y De Origine, Moribus, et Rebus Gestis Scotorum (1578), de John Leslie. Textos en los cuales se alude a Macbeth desde otros puntos de vista. También existen evidencias de que Shakespeare a la hora de escribir Macbeth, se encontraba leyendo obras de Séneca.

 

Interpretaci ones:

 

Al parecer, si bien “el mal”, es como elemento, algo que aparece constantemente en las tragedias de Shakespeare. En Macbeth, particularmente, “el mal” pareciera ser el impulsor del relato, lo esencial, lo que desarrolla la trama, la energía que potencia toda la obra. Este “mal”, quizás, para algunos críticos, tenga su nacimiento en una desmesurada ambición de poder.

 

Otro punto de vista también, podría ser el hecho de considerar, preguntarse, si Macbeth se presenta como un personaje depravado y ambicioso por naturaleza, o si existe contradicción psicológica entre su carácter y sus actos.

 

También, en lo que tiene que ver con lo universal de las tragedias de Shakespeare, reflexionar sobre Macbeth como una tragedia personal de una persona ambiciosa o una reflexión sobre la naturaleza y las consecuencias del mal en sí.

 

Las observaciones cristianas sobre la tragedia: paralelismos entre Lucifer, Judas, Adán y Macbeth, entre Eva y Lady Macbeth.

 

Implicaciones políticas: regicidio, la tiranía, separación entre reinado auténtico y falso.

 

Su mecanismo teatral como absurdo-grotesco

 

Macbeth como estructura de “pesadilla”, donde un suceso sigue obsesivamente a otro suceso.

 

Paradoja en la que se cometen crímenes para poner fin a otros crímenes. (Mecanismo del mundo, historia que se repite.)