Comercialización del arte y la artesanía
Arte, esa palabra que tanto abarca, desde una escultura, teatro a una pieza de decoración. El arte es lo que nos distingue a los humanos de la raza animal, lo que nos convierte en únicos, ya que es a través del arte que expresamos nuestros sentimientos más profundos, donde el talento es el protagonista de esta obra que es la vida.
Desde que la producción industrial hizo su aparición, el arte se ha ido desprestigiando hasta convertirse en algo de apenas valor. Si a esto le sumamos la llegada masiva de productos orientales a bajo coste, es difícil para los artistas y artesanos pretender vivir de algo tan digno como es el arte y la artesanía.
Por eso, me gustaría hacer reflexionar a los lectores con este artículo sobre la valoración del trabajo artesanal y el arte en sí, frente a la producción en serie que nos rodea. Una pieza artesanal o una obra de arte se hace con mimo y dedicación, cuidando los detalles y empeñando horas para un acabado único. Esto quiere decir que la calidad está por encima de la cantidad, no se pueden realizar numerosas obras de arte y artesanía en poco tiempo como lo puede hacer una máquina, pero el resultado es incomparable, ya que el alma de la persona, artista o artesano, está en el producto final, algo que la industrialización pretende acabar con una frialdad y racionalidad desmesurada.
La comercialización de las artesanías y el arte suele darse con la venta directa, pero a pesar de esto, deben de competir con los industriales que muchas veces se presentan con características similares imitando al original. Este es el problema constante con el que artista y artesanos deben hacer cara en su día a día.
El mundo industrial permite bajos costes y una producción masiva, que casi me atrevería a decir innecesaria llevados por el consumismo, pero se ha mermado la calidad y como venía diciendo la impronta exclusiva de la persona artesana.
Esto nos puede hacer llegar a la conclusión de que bajos precios por productos similares no parece ser un inconveniente para nadie ¿no se te ha pasado por la cabeza?. Sin embargo, puedo afirmar con total convicción que los productos artesanos y el arte original gozan de una calidad que hace que sean únicos y no meras copias sin espíritu para la colectividad. El arte está pensado para el disfrute del individuo.

Belén Sambucety artista y artesana profesional www.art-belensambucety.com





































Registro automático