La verdad oculta sobre la vida del militar mexicano Porfirio Diaz
Muchas son las cosas que se hablan de este Militar y ex Presidente Don Porfirio Díaz, pero en un marco político, la historia se centra en el papel que desempeñó como militar y después como Presidente, criticado por ocupar 30 años el poder y por el abuso de poder que mantuvo en esos años, pero la historia se ha preguntado por que llegó a ser ese personaje soberbio, altanero y con vicio de poder, ¿cuál es la verdad oculta que llevaba arrastrando para actuar y vivir así?
Comencemos hablar un poco de la familia de Porfirio Díaz. Su padre era un hombre emprendedor, atrevido, con ese deseo de sacar a su familia adelante, enfrentaba y vencía las dificultades que se le atravesaban en su camino, todo con única meta de sacar adelante a su familia. Hubo un tiempo que se hizo muy religioso, y hasta portaba un hábito franciscano. Desafortunadamente Porfirio Díaz a los 2 años y medio, tuvo que sufrir la pérdida de su padre que fue víctima de la epidemia de cólera.
Después de que murió su padre, la madre tuvo que hacerse cargo del trabajo que dejó su esposo, atendiendo las múltiples tareas que era administrar los bienes materiales los negocios, y que después de ser solo la administradora del hogar, se convirtió en un administradora de negocios, pidió apoyo algunas personas y ella se centró en atender el mesón, pero no era suficiente y poco a poco fue vendiendo todos los terrenos que tenían. Porfirio Díaz siendo un niño, observaba y vivía la carestía económica, falta de alimentos, de vestido; siendo muy pequeño ayudaba s su madre a cortar lana o algodón. Pero su madre nunca desatendió su educación, ella lo previó de educación privada y luego a los 6 años estudió en una escuela del Ayuntamiento. Después, por indicación de la madre que pensaba que las artes ayudan a vencer la pobreza, estudió el oficio de carpintería, y de manera empírica comenzó a aprender el oficio de armero. Pero viendo su madre que tenía grandes talentos lo mandó a continuar sus estudios al seminario, donde comenzó su carrera preparatoria.
La visión irreflexiva de Porfirio Díaz, no quería ver a su familia en la miseria, y optó por fabricar sillas y mesas y venderlas en las escuelas, además de componer algunas escopetas, de allí le nació la afición por la cacería; pero la carestía económica no le permitía comprar las armas que necesitaba para cazar, y con su gran talento comenzó a fabricar una, primero algo brusca y fea pero luego fue perfeccionada con los talentos que tenía de carpintería. Podemos decir que fue un gran inventor pero desafortunadamente no fue reconocido su ingenio
La escases económica siguió en su casa, y él prefirió dejar sus estudios y dedicarse en tiempo completo a trabajar y llevar apoyo a su madre.
Solicitó empleo con Don Joaquín Vasconcelos, que reconoció sus talentos y le ofreció apoyo para que siguiera sus estudios, aunque no le cumplió, mas sin embargo Porfirio continuó sus estudios en el seminario, empeñándose en los estudios militares, participando en una invasión norteamericana. El, nunca fue un estudiante conformista sino se empeñaba constantemente por ser el mejor, y conociendo sus capacidades intelectuales, sobresalía incluso en las materias mas difíciles.
Terminó la preparatoria y el Lic. Domínguez siendo su padrino, se ofreció para apoyarlo en la carrera, por lo que continuaría en el seminario, con hábito para las tareas eclesiásticas, aunque la vida oculta de este personaje era lo militar, participaba en riñas, en enfrentamientos de los mismos jóvenes. Esto le trajo como consecuencia el castigo de un mes en el calabozo, para que reflexionara sobre su rectitud.
Con las actitudes de Porfirio, el Lic. Domínguez se dio cuenta de que no tenía una meta en el mundo eclesiástico y le dio la libertad para que decidiera su carrera, hablando con su madre de esto y de que no le apoyaría más. La madre tristemente, pero actuando como madre le dio el último apoyo económico a su hijo y le ofreció libertad para que estudiara lo que El decidiera.
Fue a partir de aquí donde estudió Jurisprudencia, y realizando algunas tareas que se le encomendaban fue leyendo algunos libros y se fue capacitándose aún más.
Debemos hacer mención que en esa vida oculta de Porfirio Díaz, nunca olvidó a su madre, a su familia, pues su preocupación era ver siempre por la economía de ella.
Entre otras de sus aficiones se encontraba el juego de naipes, de boliche y de billar, que cuando fue presidente, mandó a instalar un lugar para dichos pasatiempos, en el castillo.
Un punto importante de la vida oculta, ya dentro de su mandato como presidente fue que el grito de Independencia se daba en la madrugada del 16 de septiembre, pero hubo un cambio para el 15 y así se juntaría con el cumpleaños de Don Porfirio.
Se dice también que Porfirio Díaz era aficionado a escalar, le encantaba hacerlo en las pirámides de Teotihuacán, incluso, en una ocasión lo hizo cuando ya contaba con 70 años de edad.
Una de las frases populares de este personaje era “En política todos los amigos son falsos, y todos los enemigos verdaderos”






































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