Los posibles orígenes del COVID-19. Opción 2: los rusos.
Serie Cuentos de Cuarentena
Escribir es lo mejor que puedes hacer cuando estás en cuarentena. Dejar volar la imaginación para salir del aburrimiento cotidiano. Mezclar lo real con lo fantástico es un buen ejercicio para la mente: estimula el cerebro y las neuronas dejan de morirse por el aburrimiento. Éste es un resultado positivo – creo – de la cuarentena en marzo y abril de 2020.
2.- Fueron los Rusos.
¿Otra pandemia? ¿No fue suficiente con las de 2002-2003 y la del 2009-2010? Iván Ivanovich Ivanov se preguntaba si la fidelidad a sus jefes era suficiente para justificar lo que iba a hacer. ¿Y si su familia también se contagiaba? Rusia y China comparten frontera por muchos kilómetros y su familia vivía en una ciudad fronteriza. De hecho, él tenía parientes chinos. ¿Qué hacer?
Ya saben que los jefes no explican nada, sólo ordenan. A ellos también les habían ordenado sus propios jefes. ¿Quién tuvo la idea y quién modificó el virus? Nunca se supo, tal vez murieron en la pandemia. Ojalá.
El viaje desde Moscú hasta Vladivostok fue muy largo: el Tren Transiberiano tarda 7 días en recorrer los 9,000 km de la ruta. Se decidió que no fuera en avión porque había más vigilancia en los aeropuertos, además de las cámaras que están en todos lados. En el tren sería más fácil usar otro nombre, otra identificación y hacerse pasar por gente común.
¡Qué bello es mi país! El más grande de la Tierra y con esos paisajes en la ruta. Tanta gente diferente, su cultura, su ropa, su música y su comida. Realmente disfrutó el viaje (nunca lo había hecho) aunque a veces se entristecía porque podía ser su último viaje. Si los agentes chinos lo descubrían, lo iban a encerrar de por vida en una celda inmunda. Claro que no sabía lo que le esperaba en Rusia si fallaba: podía ser lo mismo o aún peor. Lo que estaba en juego – suponían – era el futuro del mundo: Rusia quería incrementar su poderío de nuevo y trataban de contrarrestar a China que había invadido al mundo con sus mercancías y su dinero. ¡Y eso que se dicen comunistas! ¡Si son los más capitalistas que hay!
Lo más pesado para Iván era que tenía que convencer a uno de sus parientes chinos que le ayudara. Como él iba a sobresalir por su apariencia y porte militar, necesitaba que alguien local le ayudara. Hay muchos grupos étnicos en China que no están conformes con su situación por el hostigamiento oficial. Eso le ayudó a poder hacer su trabajo.
Iván cumplió su misión: su primo entregó en el mercado Huanan de Wuhan los animales infectados con el virus que causó la pandemia. El resto del trabajo lo hicieron los que trafican o comen animales silvestres prohibidos.

Cuentista Chido





































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