Docente Puertorriquena lanzo un libro que se convirtio “Best Seller”
DESNUDÁNDOME ANTE TI
Durante mi trayectoria por la vida pude comprender que todos los seres humanos tenemos un potencial ilimitado, un potencial de creatividad, creación, resiliencia, gozo, realización, conexión, amor y bienestar; un potencial que trasciende de lo personal y que no está definido ni delimitado por nuestra historia y por nuestro presente. Pero mi pensar en aquellos tiempos no era así, yo pensaba que tenía todo bajo control, mi vida, mi familia, mi trabajo, en fin, todo lo que estaba en mi entorno. Y no me daba cuenta de que tenía un descontrol desde adentro, no lo pude identificar hasta el paso de los años; me auto rechazaba e incluso, me odié a mi misma porque entendía que yo no era una mujer perfecta y solo perfecto es nuestro señor Jesucristo.
Así que me dediqué a realizar una autoevaluación cada vez que cometía un error, ¿por qué?, porque creía que el error era yo, y no era así. Nosotros como seres humanos cometemos errores, pero esto no significa que uno sea el error. Tardé tiempo en entender ese concepto.
Yo me comparo con la vida de un elefante cuando lo quieren domesticar; cuando es pequeño, le atan a un poste con una cuerda en su cuello y lo sueltan cada vez que lo quieren someter, para luego amarrarlo en el mismo poste, con la misma soga. El elefante se acostumbra y cuando llega a ser adulto, pasa por el mismo proceso: lo amarran con la soga, en el mismo poste; él tiene una posición que limita su mente, pues no se da cuenta que ya es adulto y puede romper la soga o romper el poste. Pero como está amaestrado cree que ese es su lugar y su entorno, que no puede pensar más allá de lo que le enseñaron y es ahí cuando vienen todos los problemas.
Si pudiéramos hacer una analogía del elefante, podríamos notar que así mismo fue que nos enseñaron. Cuando somos pequeños nos dicen que debemos terminar la High School, porque de no ser así, no seremos alguien en la vida. Después nos dicen que debemos tener un bachillerato, el cual debe estar enfocado en ser médico, abogado, contador... esas supuestas profesiones en donde se gana mucho dinero, porque si se quiere estudiar teatro, música, baile, nos dicen
10
que con esto nos moriremos de hambre.
Luego de ahí pasamos a que las mujeres nos tenemos qué casar, “si llegas a los 30 años y no tienes novio, eres una jamona”, nos dicen. Así, sucesivamente nos ponen tropiezos al caminar porque debemos seguir creencias, pero ¿realmente esas creencias te hacen feliz?, a mi no, al contario, hicieron que yo me sintiera con miedo, con inseguridades, con emociones limitantes, apego emocional, y que cada día que pasara cometiera error tras error y peor aún, que, en mi mente, era yo el error.
Basándonos en esto, pude descubrir que la única persona que podía salvarme de toda esa confusión que yo tenía, era Dios.
Una vez que recibimos el amor de Dios y empezamos a amarnos y aceptarnos, ese hecho mejora nuestra relación con él y con todos los demás. Mientras no aceptamos su amor el ciclo está incompleto, solo podemos amarlo a él, porque él nos amó primero. Primera de Juan 4:19.

Dra. Maria Ivette Rivera Perez





































Registro automático