Arte y arquitectura
Hablar de arte es hablar de palabras mayores no por una cuestión de sacralización, sino por la dificultad intrínseca de su concepción. No podemos admitir tan fácilmente un significado de arte; aún lo creamos objetivo siempre habrá alguien que dirá que es objetivo desde lo subjetivo, es decir, una simple opinión que no es por necesidad una máxima.
La Real Academia Española, a la que bien o mal, estamos ligados, da en primer lugar la siguiente definición: virtud o disposición y habilidad para hacer algo. Según esto, prácticamente todo sería considera arte. Sin embargo, la siguiente definición restringe su campo semántico a “una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros”. Si esto es el arte, entonces no podríamos hablar de la arquitectura como un arte, ya que su visión no es desinteresada. Muy por el contrario, le interesa casi todo por que en definitiva edificar es ponerse entre las personas (como individuos), la sociedad (como conjunto de aquellos) y la naturaleza (por lo que no puede obviar la estética). El producto final no puede ser un edificio inhabitable, mientras que una película, una pintura, un poema o una canción pueden no ser comprendidas y ser arte.
El problema con la arquitectura es su utilidad inmediata. Nadie construye un edificio sólo para que lo contemplen o para hacer crítica artística sobre ello. La arquitectura tiene una utilidad básica y simple, pero además de eso, busca manifestarse con determinada estética. Como dijo Hermann Broch, “la característica esencial de un periodo se puede deducir comúnmente de su fachada arquitectónica”. En efecto, un vivienda romana nos dará la característica esencial de sus ciudadanos en tanto que será un reflejo de necesidades, de placeres visuales, del concepto de belleza que privilegiaban; en suma, nos dirá el modo en que estas personas percibían el mundo. La arquitectura es un reflejo de la sociedad en un determinado periodo y a través de ese reflejo se puede conjeturar acerca del concepto de arte que se tenía en dicho periodo.
Por lo tanto, la primera conclusión que podríamos esbozar es que la arquitectura no es arte pero en algunas ocasiones se podrá considerar como un reflejo o una forma de aproximarnos al arte de determinado periodo o cultura. La arquitectura se acercará más a ser un reflejo del arte en tanto el arquitecto lo decida.



La arquitectura antes del siglo XX, era considerada un arte, de hecho Miguel Angel de Bunorotti, en sus frisos de la capilla sixtina lo demostr





































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