¿Por qué debemos bailar?
Si la vida es una oportunidad para disfrutar todo lo bueno que hay en el mundo, lo es también la comida, el relax, el estudio, la investigación, los viajes, ... el baile!
Nada más sano y bonito que bailar. Pero debe hacerse desde una óptica de sano esparcimiento. Muchas de las veces acompañados o en parejas, pero otras veces es bueno también hacerlo solos o solas. Después de todo ¿qué es bailar? Bailar es mover el cuerpo al ritmo de una música. Eso desestresa y busca la armonía interior con uno mismo. La música es el vehículo que nos lleva al encuentro interior con nuestra persona. No es la única forma, pero sí una de las más placenteras. La coordinación entre nuestras partes corpóreas y el sonido de la música, está ligada al aprendizaje no sólo del contexto de aulas de educación sino también del desarrollo de las habilidades que muchas veces no conocemos que poseemos. Entonces es meritorio para aquellos que lo intentan, dejar de lado la verguenza y desinhibirse sanamente. Para lo cual hay lugares propicios (discotecas, clubes, etc.) pero también lo podemos realizar en nuestro propio hogar, lámese éste casa, departamento o habitación. El influjo de las notas musicales ya es un ingrediente positivo para nuestro bienestar emocional, y si a ello le acompañamos el baile, lo hacemos doblemente beneficioso. Además podemos incluir que nos hace quemar algunos gramos de grasa volviéndonos más ágiles y reafirmando nuestra musculatura (tonicidad).
Lo malo siempre existe. Hay bailes muy buenos, bonitos, agradables, que no riñen con la moral ni el decoro que toda persona merece. Así también los hay que incitan incluso a la práctica de actos indecorosos cuando están circunscritos a la relación íntima de una pareja conciente y madura. Por ello siempre hay que utilizar nuestra razón y debemos elegir correctamente nuestros bailes. Todos y nosotros mismos tenemos el derecho de ser respetados. Entonces pensemos bien cuando decidamos bailar, e incluso el lugar, el mismo que debe ser apropiado y decente.
Frente a estos argumentos de línea, me cabe hacer la siguiente interrogante. ¿por qué los sacerdotes y otros guías espirituales no bailan? Para mí, no deja de ser permitido, pues como dije líneas arriba, si el baile es decoroso, respetable, también debería estar dentro del desenvolvimiento de aquellos, claro sin caer en el exhibicionismo, ni la vulgaridad, ni mucho menos el escándalo.
La alegría se puede compartir también en esta fase de nuestra sana distracción. Y si no, desearía saber si por ejemplo en alguna parte de la Biblia se refieren las Sagradas Escrituras a que está prohibido bailar. Me cuestiono si acaso es una afrenta a Dios el bailar.
Lo que sí entiendo, por lo menos de parte de los sacerdotes católicos, es que quizá pueda distraer esa praxis del cometido al cual están avocados dichas personas de culto. Últimamente han aparecido muchos grupos o bandas musicales en todo el orbe, y bien por un lado; pero creo que el arte y la habilidad humana puede desarrollarse también en otras disciplinas de este género, no?
Darío Enrique
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