Pobresito
POBRESITO
Andrés Beboya Ugarteche, es un columnista que escribe en el diario El Correo, -y para colmo lleva mi nombre-, nombre Bíblico, nombre de uno de los Apóstoles de Jesús. El mes pasado fue premiado de una manera graciosa por un país extranjero, (que honradamente no se cual fue, ni me interesa), como el columnista mas racista del mundo.
No quiero hacerle propaganda a su columna, porque es como cuando escuchamos o vemos por televisión, a los mismos cómicos que actúan en programas “humorísticos”, que si no usan “malas palabras”, entre comillas, (porque ninguna palabra es mala, sino mal interpretada, o mal escrita), nadie se ríe. Esta forma de escribir que usa este señor, con grosería y media, es la que vende, y en realidad si nos ponemos a analizar un poco, veremos que las palabras “malas” se repiten varias veces, demostrando un bajo nivel de léxico “malapalabreado”. Claro, porque es más difícil hacer reír a las personas sin usar esta herramienta “retórica”. Entonces queda evidenciado el poco dominio del idioma, (porque se puede hacer reír usando un léxico mas pulido y culto) o ¿no han odio hablar de “Les Luthiers”?
Hace varias semanas atrás, lo entrevistaron en el programa de Beto Ortiz y Aldo Miyashiro “Enemigos Íntimos”, y dentro de tantas sandeces y tonterías que decía, dejo claro que el no era racista, sino los otros, que actuaban igual o peor que el. Entonces: estaba dando a entender, sin darse cuenta, que el era mas de lo mismo.
En otra parte de la entrevista, decía que el defendía a los homosexuales, y Beto le pregunto, ¿Qué, de que los defendía? Dijo que de la homofobia. Pero nada de decir algo, de su dignidad como persona, o del flagelo de la prostitución homosexual. En realidad no le interesa nada los homosexuales. Solamente le interesa que lo lean, porque el tema en si, es atractivo de leer.
Cuando su Eminencia Cardenal Juan Luís Cipriano dijo: “En los planes de Dios no está el homosexualismos” se manifestó diciendo, “como podía saber el, cuales eran lo planes de Dios, que a el, no lo iban a asustar con tiaras, con coronas, con bastones, con mitras y con, tonterías”. De repente (a mi desgraciadamente tocayo), no le a tocado sentir la mano de Dios, ojala un día lo toque, porque en la última hora será un poco difícil, “creo”. También, a lo mejor, de chiquito le asustaban los ornamentos litúrgicos, o lo llevaban a la fuerza a misa, como cuando a los niños se les crea trauma al ver a los payasos. Pero en fin (¡Que sabe el burro de alfajores!)
Siguiendo con la entrevista, en algún momento dijo: “Yo no tengo, Dios, ley ni bandera. Nunca he percibido la sensación del patriotismo”.
Mucha gente dice leerlo, para poder después discrepar con el, y dice que no le importa “que le den en el suelo”; pero digo, y me pregunto ¿sentirá algo cuando alguien le dice, que siente lástima por el? Como cuando se dice: “Pobrecito el diablo, que ya esta condenado”
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Andrés Arbulú Martínez
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