Guardaos de toda avaricia
Lucas 12:31: “…….Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas…….”Lucas 2:13 “…….Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia. 12:14 Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? 12:15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee…….”
El hombre “natural” tiene una sola consigna para su vida y hace que la misma gire alrededor de su vida por siempre y lo peor de todo es que, la mayoría de las veces, piensa que Dios está y/o tiene que involucrarse en la misma.
En el Evangelio de Lucas del Nuevo Testamento de la Biblia, la Palabra de Dios; encontramos un pasaje en el que, “…….uno de la multitud…….”, que puede ser cualquiera de nosotros, pretende involucrar al Hijo de Dios en su problema personal pidiéndole que le diga a su hermano que parta la herencia con él. Cualquiera pudiera pensar que la tal petición es “normal” pero no lo es porque Jesús, guiado por el Espíritu Santo, le hace ver que él no ha sido puesto por Dios sobre la Tierra para ventilar asuntos particulares, sin ninguna trascendencia. Sin embargo, entendiendo las motivaciones del que le pidió e involucrándolo en una generalización en su respuesta, le dice a la multitud, primeramente: “…….Mirad, y guardaos de toda avaricia…….”
Por un lado, le está diciendo a ese “…….uno de la multitud…….”, que es avaro y recomienda a todos la necesidad de guardarse de toda avaricia. Para la clarificación del concepto, debemos decir que avaricia es: “Afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas”. Según la Real Academia Española.
A reglón seguido nuestro Señor agrega: “…….porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee…….”
Como si esto fuera poco hay quienes se preguntan, aun: “¿En qué consiste entonces?” Yo les puedo decir que: en todo lo contrario. No procuremos la obtención de bienes como cosa a qué aferrarse porque la misma no nos conviene ni conviene a nuestro prójimo debido a que ello acarrea injusticias de todo tipo, puesto que la obtención de más bienes posterga las necesidades de los más pobres. Lo que nos conviene es buscar el reino de Dios y su justicia.
Piense Ud., por ejemplo: El solo hecho de fumarse un cigarro equivale a quemar un pan y esto, simplemente, es una injusticia. Ahora bien, considerando que existen no menos de 1000 millones de fumadores en el mundo, quiere decir esto que se queman 1000 millones de panes y esto solamente en el supuesto negado que dichos fumadores se fumen uno al día. La contraparte es que existen en el mundo cerca de 1000 millones de personas que viven en la pobreza extrema, es decir, que viven con menos de un dólar diario.
Si fumarse un cigarro es una injusticia, también lo es el ser avaro. La vida del hombre consiste en buscar el reino de Dios como dice Lucas 12:31: “…….Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas…….”

Dante Chalco Vargas





































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