Consejos Útiles de Cara a una Separación Matrimonial
La separación significa un gran paso para los cónyuges. Implica el cese en la convivencia de ambos bajo un mismo techo, y es en la práctica un paso intermedio hacia el divorcio, el cual supone la ruptura definitiva del vínculo matrimonial entre los dos.
Dada su gran relevancia, es preciso afrontarlo con pleno convencimiento y seguridad. Las dudas y las prisas no son buenas compañeras, y en caso de que existieran, podría ser una alternativa más adecuada volver a intentarlo y tratar de solucionar los problemas existentes, sin presiones ni exigencias.
Plantear ultimátum en estos momentos podría llegar a volverse en su contra. De ahí que sea necesario meditar cualquier paso a realizar, y sobre todo ser consecuentes con ellos.
¿Cuál sería el mejor modo de preparar la separación?
La fórmula de la separación es una opción muy adecuada para aquellos cónyuges que se encuentran en un momento extremadamente delicado en su relación pero no se atreven a dar el paso de divorciarse, bien por no estar preparados, por creer que su situación podría con el tiempo solucionarse y reencauzarse su relación, o por no querer soportar los efectos económicos que esa alternativa podría conllevar.
Contar con el asesoramiento experto de un abogado especializado en Derecho de Familia podría ser un buen punto de partida. Tras una valoración inicial de la situación, podría determinar cuál sería la opción más adecuada para vosotros.
Una vez que se opta por la separación como mejor alternativa, sería preciso reunir toda la información económica disponible de la pareja, pues posteriormente, de dar el siguiente paso hacia el divorcio, ello podría resultar más complicado, pues podría terminar de estallar el conflicto entre ambos.
Datos como las nóminas del cónyuge, los datos de cuentas bancarias y de las posibles deudas (por ejemplo, el crédito hipotecario), así como de los gastos comunes del matrimonio; podrían resultar de gran utilidad si la situación se tornara en irreversible. También podría ser conveniente conseguir copias de las Escrituras de las propiedades comunes.
Por otra parte, sería preciso sentarse a discutir a quién le corresponderá el cuidado de los hijos y se quedará residiendo en el hogar familiar, así como el posible importe a satisfacer con carácter mensual para su atención. También podría hacerse necesario el reparto de las deudas y gastos comunes.
¿Qué modalidades de separación están aceptadas?
La Normativa prevé fundamentalmente dos tipos de separación: de hecho y de Derecho. La primera de ellas supone el mero abandono continuado por parte de uno de los cónyuges de la convivencia familiar, atribuyéndo la Ley a dicha ruptura ciertos efectos.
Por su parte, la pareja podría optar por una Separación de Derecho, de carácter oficial, que sería declarada Judicialmente (esta opción sería más cercana al divorcio, si bien el vínculo matrimonial seguiría vivo) y conllevaría la adopción de una Sentencia que estableciera una serie de efectos económicos y de tutela sobre los posibles hijos comunes.
A su vez, en esta última opción podrían distinguirse dos opciones: la separación de mutuo acuerdo y la contenciosa. La primera se lleva a cabo mediante el consenso entre ambos cónyuges sobre sus efectos, quedando éstos recogidos en un Convenio preparado con la asistencia de un Abogado y que será ratificado por el Juez.
Obviamente se trata de una opción más conveniente al suponer tanto un ahorro en costes como un alivio emocional, libre de conflictos y disputas.
La contenciosa, por su parte, tendría lugar cuando ambas partes no pudieran alcanzar acuerdos, en una situación de claro conflicto o enfrentamiento, debiendo ser el Juez el que determine cómo quedarán las cosas tras la ruptura de la convivencia.
De poder llegar el diálogo a buen término los aspectos relativos a la separación podrían ser recogidos por el Abogado en un Convenio Regulador de la Separación, que sería ratificado por el Juez.
Begoña Cuenca Alcaine
www.aa-divorcios.com






































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