El Grave Peligro que supone el Acoso Sexual
Miles de personas, especialmente mujeres, sufren en silencio una aterradora realidad en sus lugares de trabajo. El acoso es un fenómeno cada vez más extendido en el mundo laboral, que atenta gravemente contra la libertad de quienes lo sufren.
Podríamos definirlo como una pluralidad de actitudes consistentes en comentarios, avances, flirteos, miradas o gestos de índole esencialmente sexual; que no son deseados por la persona a la que van dirigidos y dan lugar a la generación de un entorno de trabajo hostil y terriblemente amenazante para ella.
Pese a que cada situación es particular, sería posible hablar de dos modalidades genéricas de acoso sexual que podrían englobar la práctica totalidad de los casos: la creación de un entorno de trabajo hostil y el acoso “Quid Pro Quo”. Conocerlas puede ser muy útil a la hora de poner remedio a un fenómeno de este tipo.
a) La creación de un entorno de trabajo hostil
Ésta tiene lugar cuando quienes rodean a la víctima, sean una o varias personas, generan a su alrededor un entorno que provoca que ésta se sienta incómoda o fuertemente violentada, con motivo de acciones o sugerencias de carácter lascivo.
Incluiría, por ejemplo, aquellos casos en que la víctima se viera continuamente asediada por uno o varios compañeros de trabajo o superiores, que realizaran abiertamente bromas o comentarios de mal gusto sobre la misma, o llevaran a cabo flirteos descarados, haciéndole sentir visiblemente violenta e intimidada.
Muchas personas no piensan lo suficiente en la forma en que sus acciones podrían ser percibidas por sus compañeros de trabajo, excediendo con ellas todos los límites propios de la mutua confianza.
Una política de tolerancia cero frente a cualquier tipo de comentario o insinuación de este tipo sería la solución más efectiva frente a esta modalidad de acoso, que puede perjudicar considerablemente el entorno de trabajo en que se mueven las relaciones de los diferentes empelados, perjudicando gravemente la buena marcha de la Empresa.
b) El acoso sexual “Quid Pro Quo”
Tal vez sea esta la forma de acoso más comúnmente reconocida.
Tiene lugar cuando una persona, situada en un plano de superioridad jerárquica frente a su víctima (trabajando normalmente esta última para aquella), trata de conseguir de la misma que ésta acceda a la realización de actividades de índole sexual a través bien de ofrecimientos de mejoras o beneficios (aumentos de sueldo o ascensos, por ejemplo) o amenazas con un empeoramiento de sus condiciones laborales.
El acoso, como antes hemos insinuado, no solamente es peligroso para la persona que lo padece. Por su causa podría generarse una dinámica de trabajo muy negativa para la Empresa. Por ello, los Superiores deberían cortar de raíz cualquier situación de este tipo.
Además, podría llegar a considerarse que pudieron colaborar de manera tácita con estas prácticas. De ahí que tomar medidas disciplinarias contra el acosador, que podrían incluso pasar por su despido, sea siempre la mejor solución posible.
Todos tenemos derecho a encontrarnos cómodos en nuestro lugar de trabajo, más aún teniendo en cuenta el elevado número de horas que en él pasamos. Si sufrieras una situación que pudiera encajar con las descritas en este artículo, no dudes un solo segundo y pon tu caso en manos de un abogado especialista en materia laboral.
Begoña Cuenca Alcaine
www.aa-divorcios.com






































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