Entendiendo los cambios de humor de tu perro
Haz que el entrenamiento de tu cachorro sea fácil y divertido, recuerda que tu cachorro está realizando un esfuerzo para conectarse contigo de otras formas que ladrando o moviendo su cola. Ten en mente que tu perro también intenta comunicarse con sus orejas, patas, cola y boca.
Aquí te paso una pequeña guía del lenguaje corporal de tu perro y su significado:
Dominante: te darás cuenta cuando un perro tenga una actitud dominante cuando tenga sus orejas paradas hacia adelante, sus ojos bien abiertos o una mirada intensa, su cuerpo rígido y erguido con los pelos erizados y su cola parada. También un ladrido bajo y agresivo puede darte la señal de su actitud.
Amigable: un perro amigable tiene las orejas hacia arriba, ojos abiertos y atentos, una sonrisa en la boca, moverá la cola y hará algunos sonidos como ladridos o aullidos.
Juguetón: patas delanteras hacia atrás como recostado y movimiento de cola indican un claro “vamos a jugar!”.
Sumiso: orejas firmes hacia atrás, ojos entre-cerrados y patas levantadas son clara señal de una excesiva sumisión. El perro no está del mejor humor pero no te saltará.
Agresivo: Un perro agresivo tiene sus orejas hacia atrás tocando su cabeza, ojos atentos o amenazantes, el cuerpo hacia adelante, la boca abierta mostrando sus dientes y su cola erguida y quieta. Los gruñidos o aullidos son habituales.
Preocupado: ladridos rápidos acompañados de aullidos, orejas comprimidas y pelos erizados significan “estoy preocupado” o “algo anda mal”.
Miedo: Un perro muestra miedo con una postura baja, cola hacia abajo, espalda encorvada, girando la cabeza y con sus pupilas dilatadas. Frecuentemente, los perros ladran de miedo si están en una situación difícil como por ejemplo: encerrados o retenidos.
Estresado: un perro estresado generalmente tiene sus orejas bajas y hacia atrás, la boca abierta y una respiración agitada. También tienen la cola baja, los hombros caídos, su cuerpo orientado hacia el frente, en una actitud nerviosa y seguramente hasta temblará.
Ahora que sabes más sobre el esfuerzo que hace tu perro para que comprendas lo que siente, intenta incorporar esto en tu entrenamiento diario.
De acuerdo a su actitud, podrás ver si ese día o momento es el adecuado para enseñarle cosas nuevas.
Una actitud un poco sumisa no es mala ya que significa que tu perro sabe que estás al mando.
Si ves que tu perro se muestra nervioso u hostil, debes detener el entrenamiento y reconfortarlo. Si has estado entrenándolo por más de 15 minutos, tómense un descanso. Y al retomar la sesión haz las cosas más relajadas o de una forma diferente.
Utiliza los conocimientos que vas adquiriendo día a día. Observa a tu perro en diferentes circunstancias y pronto descubrirás lo que le gusta, lo que le disgusta y lo que lo hace cambiar de humor. Luego, podrás tomar acción y ofrecerle lo que le genera placer y lo aliente, y así entrenarlo en los momentos en que se sienta más cómodo.
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Gracias y que tengas un hermoso día!
Abril Sánchez
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