La Otoplastía como solución para embellecer tus orejas
La otoplastía es la cirugía estética que se realiza para reubicar las orejas prominentes, o salidas, o como coloquialmente se suele decir las orejas de dumbo y llevarlas a una posición más natural. Comúnmente esta es una cirugía que se realiza en niños entre los 4 y 14 años.
Las orejas han crecido casi completamente a los 4 años, así que cuanto antes se haga la cirugía, mejor será para el niño. De todas maneras, la otoplastía también se puede realizar en adultos, no existiendo mayores riesgos en esta edad. Podemos decir que la deformidad en las orejas consiste en una alteración de las proporciones anatómicas de la misma, o bien del desarrollo armonioso de las curvas que dan forma al pabellón de la oreja. Esto suele tener un origen genético en muchos casos, es decir los padres se lo trasmiten a los hijos. Sin embargo el problema en sí no es grave ya que existe la posibilidad de que la oreja recobre la forma adecuada durante los primeros años de vida del niño.
Esta deformación puede ser fácilmente diagnosticada tanto por los padres como por el pediatra, que observan que las orejas del niño se proyectan de forma exagerada hacia afuera de la cabeza del infante. Sin embargo es necesario saber que este primer diagnóstico es temporal ya que como se mencionó antes, existe una alta posibilidad de que las orejas recuperen su forma normal en el transcurso de los primeros años. Si esto no ocurre y las orejas siguen presentando una anormalidad de ubicación, puede recurrirse a la otoplastía.
Por este motivo, lo óptimo es efectuar la operación una vez que las orejas alcanzaron su desarrollo final, lo cual ocurre entre los siete y nueve años aunque esto depende del caso, ya que en ocasiones no es lo más prudente esperar tanto.
Para un niño, las repercusiones de tipo psicosocial pueden ser mucho más negativas que el simple hecho de anticipar la cirugía, si se habla en términos de autoestima. Además hay que tomar en cuenta que a la edad de tres años, el desarrollo de las orejas de los niños ha alcanzado un 85%. Es decir que al final de cuentas, la valoración de cuando debe efectuarse el procedimiento debe hacerse entre el niño, los padres y el médico.
Cuando el paciente va a la primera visita con el médico, el cirujano plástico realizará una evaluación del problema y recomendará la técnica más efectiva para su caso en particular. También le proporcionará las instrucciones para prepararse para la cirugía. Si el niño es pequeño, el cirujano le recomendará realizar la intervención con anestesia general. Para niños mayores y adultos, se utilizará anestesia local asociada o no a sedación, de manera que esté despierto durante la cirugía, pero relajado. La intervención de otoplastía dura pocas horas, aunque en casos complejos puede llevar más tiempo.
La técnica empleada dependerá del problema concreto. Generalmente se realiza una pequeña incisión en la parte posterior de la oreja para exponer el cartílago auricular. Luego se esculpe el cartílago y se dobla hacia atrás; se pueden emplear puntos internos para mantener la nueva forma.
En algunas ocasiones, puede ser necesario extirpar una parte del cartílago para obtener una oreja más natural. Por último se extirpa una cuña de piel de la parte posterior de la oreja. La cicatriz que queda de la otoplastía queda disimulada detrás de la oreja.
La mayoría de las veces, aunque solo una oreja parezca anormal, se intervienen las dos para conseguir una mejor simetría. La otoplastía se constituye entonces en una excelente opción para mejorar el aspecto de las orejas salidas. Para más datos al respecto le recomendamos visitar cirugia estetica u Otoplastia

Enrique Castillano





































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