Identidad de Maicao
En uno de los aniversarios de Maicao se le hizo un merecido reconocimiento al pintor Guillermo Ojeda, uno de los símbolos vivientes del municipio de Maicao, quien en sus cuadros ha logrado pincelar los primeros matices de la difusa identidad maicaera.
Guillermo es un personaje que nos tiene a todos metidos en el bolsillo por el amor a su etnia wayüu y por el sentido de la amistad. Las autoridades lo han declarado hijo adoptivo mediante un decreto pero nuestros corazones hace rato lo habían declarado “hermano de sueños”. Él es una de esas personas que nacen cada cien años y poco a poco van conquistando un espacio en alguna actividad de la vida diaria, pero sobre todo consiguen alojarse para siempre en el corazón de la comunidad.
Junto con Guillermo aparecen los símbolos de cimiento y arena como el parque Simón Bolívar, la parroquia San José, la MezquitaOmar All-Khatabb, el Hotel Maicao Internacional, la Troncal del Caribe, el Sena, el Cacaíto, la Casa de la Cultura y el Hospital San José.
Y por ahí derecho es necesario mencionar sitios sin los cuales la ciudad no sería la misma, como la frontera entre Colombia y Venezuela. Y otros símbolos procedentes de la naturaleza como el arroyo Parrantial, el cardón y el maíz.
Para definir la identidad de Maicao y los maicaeros es importante mencionar otros símbolos: el himno (“el ensueño de mi edad primera” podría llamarse), el Abuelo de las Barbas de Maíz, los recuerdos de la Laguna de Majupay y la Poza Mona (solo los recuerdos, porque ambas desaparecieron por culpa de la intervención violenta del hombre en el medio ambiente), la interculturalidad, el título de Vitrina Comercial y su condición de ciudad perteneciente a la gran Nación Wayüu.
Y así como Guillermo es un símbolo viviente, es necesario mencionar a otras personas, algunas de las cuales ya fallecieron. Cualquier maicaero debe conocer, por lo menos de referencia, a Hernando Urrea Acosta, Ramiro Choles, Roberto Solano, Armando Correa Saavedra, Pastora de Romero, Rosario Guerra, Jaime Rengifo, y a los cambiadores de bolívares del parque principal. Y al menos una vez en la vida habrán oído la mención de otras dos personas de la entraña del pueblo: Petronio y Popo, sobre cuyas vidas pudieran escribirse varias crónicas.
La identidad maicaera es difusa, pero el pincel de Guillermo Ojeda y las letras de Roberto Solano y Álvaro Pérez, comienzan a dale forma.

Lo bueno que vaya a hacer hoy, hágalo bien, por usted, por su familia y por su país. ¿Ya leíste Maicao al Día?





































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