Relato de un atentado con final feliz
Eran las seis de la tarde del jueves 16 de febrero cuando Westin Vega acomodó una carpeta de documentos en su archivador personal. Posteriormente se despidió de sus compañeros del colegio Rodolfo Morales y se dirigió a casa en donde se reencontraría con su familia después de una intensa jornada de doce horas de labores. Cinco minutos después avanzaba por la calle siete del barrio el Bosque. A su lado caminabasu hijo quien en los últimos meses ha hecho méritos para ser considerado el mejor amigo de su padre.
Era una tarde fresca. El sol comenzaba a ocultarse y la brisa fresca jugueteaba con la copa de los árboles. Los sonidos de la vida se hacían sentir por todos lados: el canto de los pájaros dándole la bienvenida a la noche; las voces bulliciosas de los niños, reunidos para regresar a sus hogares; el pito de los autos; el ruido de las motos y los pasos apresurados de quienes iban y venían de un lugar a otro en un camino hacia el reencuentro vespertino con los suyos o a la reanudación de las tareas nocturnas.
En compañía de su hijo Westin hacía planes para la noche y seguramente para la jornada del día siguiente. Alcanzó a saludar a varios conocidos con quienes se encontró en la calle. De repente, como salido de una película de suspenso apareció aquella figura que el profesor Westin Vega y su hijo no olvidarán jamás: un hombre vestido de negro, con un pasamontañas en la cabeza y un impresionante machete en la mano. Antes de que padre e hijo pudieran reaccionar aquel hombre extraño y sediento de sangre inocente descargó su furia y maldad sobre indefenso educador. Atacó con sevicia y crueldad… pero quiso Dios que la vida le ganara la partida a la muerte una vez más. Herida de gravedad la víctima fue trasladada a la Clínica Maicao, en donde los médicos lucharon con éxito en su misión de alcanzar la victoria del bien sobre el mal.
En las afueras del centro asistencial medio pueblo se congregaba a la espera de noticias. Cada minuto llegaba más gente. Los teléfonos celulares se congestionaron transmitiendo la increíble noticia. Los taxistas ni siquiera preguntaban hacia dónde se dirigían sus clientes, pues esa noche todo el mundo iba hacia la clínica. Finalmente todos sintieron el alivio de saber que el profesor Westin Elías Vega se encontraba fuera de peligro y en adelante su lucha al igual que la de su familia y compañeros de profesión, sería tenaz para cerrar las cicatrices de la maldad y emprender una nueva vida en donde tendrán que conjugar con frecuencia el verbo perdonar.
A quienes confiamos en la infinita misericordia de Dios nos corresponde emplearnos a fondo para explicar una vez más por qué le ocurren cosas malas a la gente buena. Por el momento digamos que Dios estuvo ahí y por eso, una vez más, la vida vuelve y juega.
Alejandro Rutto Martínez es un prestigioso periodista y escritor colombiano, vinculado como docente a varias universidades colombianas. Es autor de cuatro libros y coautor de otros tres en los que se aborda el tema del liderazgo, la ética y el Desarrollo Humano. Con frecuencia es invitado como conferencista a congresos, foros y otros eventos académicos. Póngase en contacto con él a través del corrreo alejandrorutto@gmail.com o llámelo al celular 300 8055526. Visite su página www.maicaoaldia.blogspot.com

Lo bueno que vaya a hacer hoy, hágalo bien, por usted, por su familia y por su país. ¿Ya leíste Maicao al Día?





































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