Aprendiendo Social Marketing de mi hijo
Mi hijo, Sebastián, tiene 14 años. En el verano, cuando no hay escuela, siempre está realizando pequeñas tareas para los vecinos para juntar algo de dinero. Su plan es comprarse una tabla de bodyboard. Así que cortando pasto y ayudando a conocidos, va buscando los recursos para concretar su plan. Pero en algo que mi hijo es excelente es vendiendo churros. Para los que no son argentinos, los churros son una especie de pastelitos fritos largos y finitos, muy populares en Argentina, y se suelen vender en la calle, a la manera de venta ambulante.
De todos los vendedores de churros que trabajan para el puestero fabricante local, Sebastián es el más popular. Él, en un par de horas vende lo que a otros vendedores les toma cuatro o cinco horas de muy arduo trabajo. El otro día estábamos en la playa, y pasaban los vendedores, con su pregón “¡Calentitos los churros!”. Realmente, no tenían mucha suerte los pobres churreros, y se los veía ir y venir con sus enormes canastas, una y otra vez. Fue ahí cuando Sebastián me explicó el secreto de su éxito, y me hizo entender por qué algunas personas tienen mejores performances de ventas que otras.
“¿Ves, mamá?”, me dijo. “No venden nada porque pasan gritando. Hay que acercarse a cada cliente, y preguntarles ‘¿Churros, Señor?’. Al principio dudan, y preguntan ‘¿A cuánto los tenés?’. Piden rebaja, lo piensan, pero casi todos compran”. Así, con simplicidad, Sebastián había explicado la causa última del éxito del márketing personalizado.
El márketing, en general, no sólo el online, sino las acciones realizadas por todos los canales, ha ido mutando. La premisa básica del mensaje publicitario fue siempre su masividad. Cuanto más amplia fuera la audiencia a quien se destinaba el mensaje publicitario, mejor, sin considerar cuán reducido el target específico del sitio o del producto.
Pero la tendencia ha cambiado. La gran meca de las acciones de márketing es la segmentación. Y la súper herramienta que permite segmentar el mensaje hasta hacerlo casi personalizado son las redes sociales. La combinación entre las social media y el márketing online es un matrimonio que sólo puede llevar al éxito. Pero, como todo matrimonio, es necesario trabajar arduamente de forma diaria, para que llegue a buen puerto.
Muchos webmasters, y responsables de sitios se preguntan por qué sus acciones en las redes sociales no tienen el éxito que ellos esperaban. La respuesta es porque lo que uno hace en las social media, no son acciones de márketing. Lo son, pero no deben parecerlo.
No se trata de engañar a los clientes y contactos, nada de eso. Se trata de estar presente, de relacionarse, y fundamentalmente de escuchar. Aquí es donde la comparación con un matrimonio también resulta útil para explicar la mecánica. La habilidad más grande, la que nos hará tener éxito en las social media, es la capacidad de escuchar. Antes de vender, escuche. Antes de proponer, escuche. Antes de promocionar, escuche. En artículos posteriores volveremos sobre las mejores estrategias para que nuestras acciones de social marketing rindan los frutos que algunos afortunados dicen que rinden.
Mientras tanto, les dejo un secreto: las redes sociales no son el escenario ideal para la venta. No deben serlo. La idea de participar en ellas debe ser bien distinta.
Ah, y me olvidaba. Sebastián ya tiene su bodyboard. Ahora va por las patas de rana, necesarias también para este deporte. Pero para eso, va a tener que vender varias docenas de churros.

Andrea Picaso es consultora en Contenidos de Calidad. Creación, Gestión y Viralización de Contenidos de calidad. Presencia en las Redes Sociales. Construcción de la reputación online. Control de daños. Comunicación estratégica. SEO, SEM. http://w





































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