El viaje a través de Asia gracias al Transiberiano

Los momentos más impresionantes de tu vida puedes vivirlos gracias al transiberiano que te permite recorrer por el centro de Asia conociendo nuevas culturales y la diversidad remota de los lugares más impresionantes de Asia. En el siglo pasado esta obra de ingeniería impresionante se erigió con majestuosidad. El diseño y el trabajo de fabricación duraron años y, sin embargo, ha sido recompensado por todos aquellos que llamados por el turismo se embarcan a una de las aventuras más impresionantes.

Inaugurado en el año 1904, tenía como ruta principal el viaje de Moscú a Vladivostok, ciudad oriental rusa. Este recorrido era ya impresionante cuando en sus inicios de la mano del zar Alejandro III, la ruta comprendía el recorrido Chelíabinsk, unos 2000 kilómetros. Sin embargo, gracias a la gestiones del zar, el recorrido se pudo ampliar hasta Vladivostok. El tren transiberiano ha sufrido su mayor transformación cuando fue modernizado entre los años 1950 y 1970 siendo electrificado por completo.  

El día de hoy el transiberiano representa toda la gloria y grandeza cultural de una región que se digna de poseer grandes culturales y diversidad de costumbres y tradiciones. El transiberiano es una muestra de cómo esta diversidad es capaz de coexistir. En el recorrido podemos ir de Rusia a Mongolia (llamado, transmongolia) o de Rusia a China (llamado, transmanchuriano). Estos son dos de los recorridos que se pueden elegir cuando decidimos embarcarnos en esta fabulosa aventura.

Finalmente, podemos decir que el transiberiano cuenta con comodidades para poder hacer del viaje algo realmente placentero. Existen dos posibilidades de viajar, la económica o la que representa una inversión un poco mayor de dinero. En la primera puede que no tengamos las comodidades como camas más grandes y asientos blandos, pero es una buena oportunidad para realmente concentrarse en el recorrido que dura hasta 7 días. La diferencia de precios se da principalmente por la calidad de los asientos y cantidad de compartimientos.

Autor: Cristina Sono

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