La ranchería wayüu, ejemplo fiel de eficiencia energética (Parte tres)
Los molinos de viento: para hacer que brote el agua en el corazón del desierto
El molino de viento, con su torre, sus aspas, sus tubos y su inseparable alberca hacen parte del paisaje tradicional de la ranchería por una razón básica: su ruidoso motor, movido por el viento logra el milagro de extraer agua de las entrañas de una tierra cuya superficie es reseca y no da muestras de guardar en su interior el más precioso tesoro para los transeúntes del desierto: agua para la casa; agua para la sed de vida; agua para los animales; agua para la chicha; agua para el fogón… agua para que la vida siga su curso.
Los ancianos agradecen a quienes instalaron os primeros molinos hace más de cincuenta años pues su historia prácticamente tomó un nuevo rumbo: desde ese momento había un sitio seguro a donde ir a buscar el agua. Un sitio más seguro incluso que el generoso jagüey y la bondadosa charca de donde única fuente donde antes se aprovisionaba.
La energía eólica, abundante en sus predios le dio la bendición de la seguridad pues el jagüey y la charca se secaban en verano y el molino funcionaba mientras hubiera viento (casi siempre) y si éste escaseaba, entonces podía acudir a la alberca en donde no faltaba nunca el preciado elemento.
Son las cinco de la mañana y estamos de nuevo en Maicao. Atrás quedó la ranchería y las felices jornadas de descanso. En breve se iniciará la cotidianidad urbana y, mientras espero el café, que ya comienza a verse en la jarra transparente de la cafetera eléctrica y al fondo escucho el sonido de nuestra motobomba eléctrica impulsando el agua desde la alberca subterránea.
En breve encenderé la radio para escuchar las noticias. A unos kilómetros de ahí mi amigo Julio saca los chivos del corral le da una mirada al molino cuyas aspas giran con fuerza. Su nuevo día ha comenzado bien, pues el carbón está a punto y en breve saboreará su café con sabor a familia. Al fondo, en la copa de un enorme trupío se hace se hace sentir el cardenal guajiro.
Julio servirá un café para él y otro para Lucas, el pequeño que ha venido en su bicicleta a traerle las arepas y la cojosa que todos los días le manda la abuela Imelda.
Alejandro Rutto Martínez es un prestigioso periodista y escritor colombiano, vinculado como docente a varias universidades colombianas. Es autor de cuatro libros y coautor de otros tres en los que se aborda el tema del liderazgo, la ética y el Desarrollo Humano. Con frecuencia es invitado como conferencista a congresos, foros y otros eventos académicos. Póngase en contacto con él a través del corrreo alejandrorutto@gmail.com o llámelo al celular 300 8055526. Visite su página www.maicaoaldia.blogspot.com

Lo bueno que vaya a hacer hoy, hágalo bien, por usted, por su familia y por su país. ¿Ya leíste Maicao al Día?





































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