Cómo un experto en tarot gitano me cambió la vida

Esta nota cuenta la experiencia de una persona que nunca se había hecho tirar las cartas del tarot, y cómo ese encuentro con el oráculo le cambió su vida y su manera de considerar los eventos que en ella se desarrollan:

"Estamos acostumbrados a imaginar que las personas que leen las cartas son mujeres. Es casi un oficio que les parece propio. Sin embargo hace algunos años, me topé con hombre del tarot gitano. En principio fue extraño, hacerle preguntas a otra mujer sobre qué deparaba el destino, o si tal era el hombre de mi vida nunca me había resultado un problema. Pero, al toparme con alguien del otro género, cómo le preguntaría por el amor de mi vida. Este hombre, luego me enteraría que se llamaba Camilo, me hizo pasar a su rudimentaria tienda que armaba todos los viernes en el paseo de los artesanos.

Yo estaba muy nerviosa, me preguntaba si realmente sabría algo de tarot gitano, no sé por qué, pero siempre fui muy desconfiada de los hombres. Tengo que reconocer que en cuanto lo miré mejor Camilo me parecía un ser humano hermoso. Tendría unos 35 años, el pelo largo, la tez bronceada, con la barba entrecortada, era realmente un espectáculo digno de ver. Comenzó a hablarme del tarot gitano, yo le preguntaba cosas, quería tratar de estirar la sesión. Resulta que él era originario de España y se había venido a vivir a nuestro país junto con otros 15 de la comunidad. La estaban peleando hacía un tiempo largo, pero ya habían logrado acomodarse. La gente los reconocía. Yo nunca había conocido a un muchacho tan versado en el tarot gitano y la búsqueda de la verdad.

Comencé a preguntarle sobre mi trabajo, sobre mis hermanos, traté de esquivar el tema que realmente me importaba por un tiempo, hasta que no pude más. -Camilo, quiero saber si el amor de mi vida está muy lejos de golpear la puerta- le dije sin más vueltas. Camilo sacó la mirada de las cartas y me miró directo con sus ojos negros. Y me dijo –Eso depende sólo de ti.

Yo no podía creerlo, la sangre me corría por las venas tan rápido que sentía cosquillas en todo el cuerpo. No me atreví a decir más nada. Dejé que él hablara y concluyera la sesión. Camilo me dijo que el tarot gitano ya no tenía nada que decirme por hoy, que era hora que sea yo la que comenzara a hablar, me despachó y me dejó su teléfono en una tarjeta.

Al otro día el sabio del tarot gitano estaba llamando a la puerta de mi casa. Te imaginas mi estado, el amor había llegado. No fue fácil por nuestras diferencias culturales, pero ya han pasado 5 años y todavía seguimos juntos. Esperamos una niña para dentro de 25 días, todo es felicidad con mi gitano del tarot".

Jesus Pontello

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