Estabilidad de las escolleras
La estabilidad de las escolleras se refiere a los bloques de piedra por un lado y a la estabilidad de las obras de escollera en su conjunto, por otro.
La estabilidad de los muros de escollera colocada en obras de carretera debe ser comprobada frente a los principales modos de fallo que pueden presentarse y que son: deslizamiento, hundimiento, estabilidad global y estabilidad local.
Existen,además, otros modos de fallo que provocan inestabilidad, como la socavación, alteraciones químicas o meteorización, que no son abordables con el cálculo convencional requiriendo comprobaciones más específicas. La estabilidad de las escolleras en estos casos se evitan con la adecuada selección de los materiales y la aplicación de ciertos criterios constructivos.
En las obras de escollera colocada la colocación de cada bloque de piedra se realiza de forma individual, de modo que el conjunto de escolleras presente el mínimo volumen de huecos posible, llegando a valores altos del peso específico aparente de la escollera colocada y favoreciendo la estabilidad del muro de escollera. El rozamiento entre los bloques que forman la escollera es un parámetro muy importante para la estabilidad del muro y se produce por fricción entre las caras rugosas y las aristas vivas de los bloques de piedra.
El trasdós del muro de escolleras tiene una influencia decisiva en su comportamiento y de él depende, en gran medida, su estabilidad. En general, se dispone un trasdós granular para así materializar la transición granulométrica entre el terreno natural y el paramento de escollera.
La composición de las piedras a emplear en escolleras debe ser estable químicamente y no dar lugar a disoluciones con el agua que puedan ser susceptibles de provocar daños a estructuras o contaminación de suelos o cursos de agua.
Las rocas destinadas a escolleras deben ser estables frente a la inmersión en agua. El ensayo correspondiente se indica en la norma UNE 146510. Son estables aquellas piedras que sumergidas en agua durante veinticuatro horas (24 h) no manifiesten fisuración alguna y su pérdida de masa sea menor o igual al 2%.
Para estudiar los posibles efectos de las escolleras frente a los cambios de humedad, se efectúan ensayos de ciclos de humedad-sequedad de los bloques de piedra que las forman, según UNE 146511. Para calificar la estabilidad de la roca, se exige en el ensayo una pérdida de masa menor o igual al 2%.

Miguel Angel Vicente Pérez Ingeniero de Caminos





































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