Cuidar a un bipolar: Cómo sobrellevarlo eficazmente.

Para la persona encargada del cuidado de un enfermo con trastorno bipolar esta tarea puede resultar muy dura y estresante. El paciente puede tener momentos en los que se aísle y no quiera comunicarse, puede mostrarse desagradable y no valorar la presencia y cuidados de la persona que está ocupándose de él.

Cuidar a una persona con trastorno bipolar puede hacer que el resto de su vida quede en un segundo plano. Sin embargo, el cuidador también debe preocuparse de sí mismo, ya que si no lo hace, corre también el riesgo de enfermar.

Síntomas del cuidador:

Si eres cuidador (padre o pareja) de una persona con trastorno bipolar, presta atención si empiezas a notar que sufres alguno de los siguientes síntomas:

Negación: No aceptas la enfermedad ni las consecuencias que produce en la persona que cuidas, en tu familia y entorno. Rabia: Te sientes furioso con la enfermedad, con las personas que están a tu alrededor y que no te comprenden, con el resto del mundo en general… Aislamiento social: Cuidar a tu familiar te lleva tanto tiempo y esfuerzo que has cortado todos tus lazos con el exterior, has dejado de llamar a tus amigos, ya nunca sales… Ansiedad, depresión, irritabilidad. Agotamiento: Te encuentras tan cansado que no crees que puedas aguantar mucho más. Insomnio: No puedes conciliar el sueño porque tu cabeza no deja de dar vueltas a pensamientos negativos que te angustian. Falta de concentración en las actividades diarias. Problemas de salud causados por el estrés.

Consejos para cuidarse a uno mismo:

No tienes que esperar a sufrir los síntomas anteriores para empezar a preocuparte por ti mismo. Atender tus propias necesidades no es ser egoísta. De hecho, hacerlo evitará que tú también enfermes y te dará más fuerzas para afrontar la tarea de cuidar de tu familiar. Aquí tienes unos consejos para empezar a cuidarte:

Analiza y valora tus sensaciones y emociones sin culparte por ellas. Tienes derecho a estar cansado, enfadado, triste… No trates de negarlo. Acéptalo y busca soluciones. Pide ayuda al resto de tu familia. Es lógico que no puedas encargarte de todo tú solo. Busca un tiempo para ti mismo, para desconectar por completo. Busca alguna actividad que te motive, te relaje y te llene de energía.

Apoyar a una persona bipolar en los momentos más difíciles de una etapa maníaca o depresiva puede ser estresante, difícil e incluso provocar angustia. No hay atajos, ni "trucos" para evitar el dolor, pero sí para afrontarlo, luchar contra él y vencer a la enfermedad en su propio terreno.

El conocimiento, amor, la entrega y sobre todo la esperanza son las armas más poderosas (y contrastadas) que se pueden emplear. Estos temas son tratados en profundidad en la guía Trastorno Bipolar Al Descubierto.

Toma hoy, por fin, las riendas de tu vida.