El sabor del triunfo
Pasados son muchos días.La larga separaciónes tan triste.Pensé que me llamaríasy cometiendo traiciónme mentiste. En mi corazón herido,sin saber, despertaríasde repente,un sentimiento divinoque no me abandonaríani en la muerte. ¿Por qué has sido tan malvado contra quien te quiere bieny más te ama,contra quien tanto ha arriesgadoy tanto pudo perderpara nada? Porque nada es lo que obtuvea pesar de ver cumplidosmis anhelos.Sólo recuerdos que fluyenhacia un páramo baldíode consuelo. Pero mi orgullo despiertaal saber que admitirásque te vencí.Aún rechazando mi ofertaarrepentido ansiarásvolver a mí. Gozando al causar tu furiafue mi interior abrasadopor un fuegoy se transformó en lujurialo que había comenzadocomo un juego. Cierto es que te utilizabasimulando dar celosa tu hermano,pero era en ti en quién pensaba,¡y hasta sufría desvelos!Todo en vano. Y tú, poseído de encono,sólo a mi dirigías tus maldades.Hablándome con mal tono,yo sufría tus impíascrueldades. Satanás te utilizópara tentar a las almasinocentes.Y tu visión me hechizóextinguiendo toda calmade mi mente. El esquilmo fue abundante:se poblaron los infiernosde criaturasque al tenerte por amantesufren ya un dolor eternoque no cura. En ti se debió inspirarel que fundó la doctrinahedonista.Y Dios no quiso crearquien tu forma masculinala resista. Debiste ser concebidopor la grandiosa Afroditacon esmero,y que seas ha elegidode sus artes exquisitasheredero. Tan efímero el momento,tan breve la sensación,tan fugaznuestro corto ayuntamientoque de la repeticiónsoy secuaz. Son tus músculos broncíneosde desmesurada fuerzay tus labios,que al besar se vuelven ígneos,hacen que el olvido ejerzaen tus agravios. Si existiera el leviratoal punto se aliviaríanmis pesares:cometiendo asesinato,¡conmigo celebraríasesposales! Pero el tiempo que es ladrón,irá apagando la llamaque encendiste.Y me llena de pavorverme en la mísera nadapor despiste. De la pérdida, inmanenteserá una triste congojacompañera.¿Está tu piedad ausente,que a tal martirio me arrojasy condenas? Pues malvado e indolente,mi ánimo lo destrozas y envenenas.Y a Dios, que es omnipotente,tal perfidia se le antojay ¡perservera! Será mi morada abismo,en las tinieblas hundida,negra tumbacon losa de pesimismodonde mi pobre alma heridase derrumba. Sólo yaciendo a tu ladose me calma este venenoespantoso,y el antídoto adoradotú lo clavas en mi cuerpoy, ¡es glorioso! Pero ahora te has marchadoy posibilidad ya no quedade encontrarte.Muy fuerte me has hechizado:nunca cesará la vedapara amarte.
www.blog-v.com/arpia
www.blog-v.com/basilisalasabia






































Registro automático